miércoles, 6 de julio de 2011

Capitulo 24

 El capitulo de hoy fue traducido por Uyalala :D es un capitulo cortito pero bn tierno n_n. Por razones de no cortar el hilo del capitulo un pequeño dialogo de nuevo sobre una nota XD

UYALALA:  Oye ¿Sabes porque es diferente “naked” y “nekkid”? 
SUCHAN: Noo.. solo se que "naked" es desnudo.
UYALALA: Sii! y "nekkid" por lo visto también significa “desnudo”, pero con un matiz: “desnudo con intenciones traviesas o pícaras, atrevidas”. 
SUCHAN: ¿Esa palabra esta en el capitulo de hoy?
UYALALA:¡Qué cosas se le pasan a Auri por la cabeza!
SUCHAN: Jajaja sii que cosas! XD

Capítulo 24
Tintineos

Permanecí de pie en los tejados con la tormenta parpadeando por encima de mi cabeza y mi corazón oprimido en mi pecho. Quería seguir a Auri y disculparme, pero sabía que eso era inútil. Las clase de preguntas equivocadas la hacían huir y cuando Auri huía era como un conejo en su madriguera. Había miles de lugares en los que podía esconderse en la Subrealidad. No tenía ni una oportunidad de encontrarla.

Además, tenía asuntos vitales que atender. Incluso en ese instante, alguien podía estar intentando localizarme. Simplemente no tenía tiempo.

Dirigirme a través de los tejados me llevó la mayor parte de una hora. La parpadeante luz de la tormenta ponía las cosas más difíciles que fáciles, cegándome durante largos ratos después de cada fogonazo. Aun así, finalmente me dirigí cojeando al tejado de la Principalía donde normalmente me reunía con Auri.

Entumecido, me descolgué desde el manzano hasta el patio cerrado. Estaba a punto de llamar por la pesada reja de metal que conducía a la Subrealidad cuando vi un destello de movimiento en la sombra de unos arbustos cercanos.

Miré con atención en la oscuridad, incapaz de ver nada excepto una vaga silueta. “¿Auri?”, pregunté con amabilidad.

“No me gusta contar cosas”, dijo ella suavemente, su voz entorpecida por las lágrimas. De todas las horribles cosas en las que había tomado parte en los últimos dos días, esta era sin duda la peor de todas.

“Lo siento mucho, Auri”, dije. “No volveré a preguntar. Lo prometo.”

Se oyó un pequeño sollozo desde las sombras que heló mi firme corazón y le rompió un pedazo.

“¿Qué hacías esta noche en lo alto de las cosas?”, pregunté. Sabía que era una pregunta segura. La había preguntado muchas veces antes.

“Estaba buscando en el relámpago”, dijo ella, lloriqueando. Y luego: “Vi a alguien que parecía un árbol.”

“¿Qué había en el relámpago?”, pregunté suavemente.

“Ionización Galvánica”, dijo ella. Luego, tras una pausa, añadió: “Y un río de hielo. Y el balanceo que hace un junco.”

“Ojalá hubiese visto yo uno”, dije.

“¿Qué estabas haciendo tú en lo alto de las cosas?”, se detuvo y dio una carcajada mezclada con un hipido. “¿Alocado y picaramente desnudo?”

Mi corazón comenzó a ablandarse un poco. “Estaba buscando un lugar donde poner mi sangre”, dije.

“La mayoría de la gente la guarda dentro”, dijo ella. “Es más fácil.”

“Quiero guardar el resto dentro”, expliqué. “Pero me preocupa que alguien pueda estar buscándome.”

“Oh”, dijo, como si lo entendiera perfectamente. Vi su oscura silueta más oscura que las sombras moverse y ponerse en pie. “Deberías venir conmigo a Tintineos.”

“No creo haber visto Tintineos”, dije. “¿Me has llevado allí antes?”

Hubo un movimiento que quizá era la sacudida de una cabeza. “Es privado.”

Oí un sonido metálico, luego un crujido, después vi una luz verde-azulada que venía de la reja abierta. Bajé y me encontré con ella abajo en el túnel.

La luz en su mano mostraba manchas a lo largo de su cara, probablemente por donde ella se había secado las lágrimas. Era la primera vez que veía a Auri sucia. Sus ojos estaban más oscuros de lo normal, y su nariz estaba roja.

Auri suspiró y se frotó la cara llena de manchas. “Eres”, dijo gravemente, “un desastre insoportable.”

Miré mis manos sangrientas y mi pecho. “Lo soy”, concedí.

Entonces ella esbozó una pequeña y valiente sonrisa. “No he huido tan lejos esta vez”, dijo ella inclinando su mejilla con orgullo.

“Me alegro”, dije. “Y lo siento.”

“No”, sacudió la cabeza con un movimiento pequeño, firme. “Tú eres mi Ciridae, y por tanto estás más allá de todo reproche.” Llegó a tocar el centro de mi sangriento pecho con un dedo. “Ivare enim euge.”

Auri me condujo a través del laberinto de túneles que conformaban la Subrealidad. Fuimos muy lejos, más allá de Brincos, pasando Grillito. Luego nos movimos por pasillos retorcidos y bajamos de nuevo, usando una pétrea escalera de caracol que nunca había visto.

Olí a piedra húmeda y oí el suave y bajo sonido de agua que corre a medida que descendíamos. Cada cierto tiempo se oía el rasposo sonido de cristal contra piedra, o el brillante tintineo de cristal contra cristal.

Tras unos cincuenta pasos la enorme escalera de caracol desaparecía en una vasta piscina de oscuras aguas turbulentas. Me pregunté cuánto continuarían las escaleras más allá de la superficie.

No había ningún olor de putrefacción o asquerosidad. Era agua fresca, y pude ver ondas que se arremolinaban en torno a la escalera, y que se extendían hacia la oscuridad, más allá de donde nuestras lámparas llegaban. Oí el tintineo del cristal de nuevo y vi dos botellas girando y moviéndose en la superficie, primero hacia un lado, luego hacia otro. Una se sumergió bajo el agua y no volvió a aparecer.

Había un saco de arpillera colgando de un soporte para antorchas anclado a la pared. Auri llegó al saco y sacó una pesada botella taponada del tipo que quizá había visto en la cerveza de Bredon.

Me entregó la botella. “Desaparecen durante una hora. O un minuto. A veces durante días. A veces ni siquiera vuelven.” Sacó otra botella de la bolsa. “Es mejor tener al menos cuatro saliendo a la vez. De esta manera, estadísticamente, siempre debes tener dos en movimiento.”

Asentí y arranqué una hebra de arpillera del andrajoso saco, y la embadurné con la sangre que cubría mi mano. Destapé la botella y la dejé caer en el interior.

“También pelo”, dijo Auri.

Arranqué unos pocos de mi cabeza y los enrosqué en la boca de la botella. Luego le puse el duro tapón y la puse a flotar. Navegó por el agua, dando vueltas erráticas.

Auri me alcanzó otra botella y repetimos el proceso. Cuando la cuarta botella desapareció en los remolinos de agua, Auri asintió y se limpió las manos rápidamente la una contra la otra.

“Bien”, dijo con un tono de inmensa satisfacción. “Eso está bien. Estamos a salvo.”

Horas después, bañado, vendado y considerablemente menos desnudo, me dirigí a las habitaciones de Wilem en las Dependencias. Esa noche, y durante muchas que estaban por venir, Wil y Sim hicieron turnos para vigilarme mientras dormía, manteniéndome seguro con sus Alar. Eran amigos del mejor tipo. Del tipo que todos deseamos pero que ninguno merece y yo menos que nadie.

5 comentarios:

  1. Es cortito, pero un buen capitulo.
    Gracias por las traduciones ^^

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  2. Me encanta Auri. Ojala salga pronto el 25 !

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  3. Que bonito, capitulo tierno como bien dijiste Su . Gracias y adelante.

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  4. Gracias Uyalala por traducir este capítulo!! ^^

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  5. perfecta traducción

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