martes, 30 de agosto de 2011

Capitulo 54

Okay ayer les dije que ya nos habiamos quedado sin los capitulo 54 y 55 pero hoy me los mando Alfonso!!! que originalmente los tenia asignados :)
Asi que bueno, mañana igual hay capitulo, no olviden leer la entrada anterior sobre las traducciones, es importante!

Capitulo 54
El Mensajero

Me las arreglé para farolear y pasar rápido a través de la mayoría de las defensas del Maer. El baronet Pettur me ayudó simplemente por su presencia. Ser escoltado por un miembro reconocido de la nobleza fue suficiente para llevarme profundamente al interior del estado de Alveron. Después de eso, pronto sobrepaso su utilidad y lo dejé atrás.

Una vez que estuvo fuera de la vista puse mi cara más impaciente, le pregunté a un ocupado funcionario por las direcciones y me acompaño todo el camino hasta la puerta exterior de la sala de audiencias del Maer antes de que fuera detenido por un hombre modesto entrado en años. Era corpulento, de rostro redondo y a pesar de su ropa fina, para mí parecía el propietario de una tienda de comestibles.

Si no fuera por las muchas horas que había pasado recopilando información en la baja Severen, podría haber cometido un terrible error pasando de este hombre, pensando que no era más que un criado bien vestido.

Pero él era en realidad la persona que estaba buscando: el mayordomo del Maer, Stapes. A pesar de que parecía el propietario de una tienda de comestibles, tenía el aura de la verdadera autoridad rodeándolo. Su actitud era tranquila y segura, a diferencia de la prepotente e insolente que había utilizado para intimidar al baronet.

"¿Cómo puedo ayudarle?", Preguntó Stapes. Su tono era perfectamente educado, pero hubo otras cuestiones que acechaban bajo la superficie de sus palabras. ¿Quién eres tú? ¿Qué estás haciendo aquí?

Saque la carta del Conde Threpe y se la entregué con una ligera inclinación. "Usted me estaría haciendo un gran servicio si pudiera transmitirle esto a el Maer," le dije. “Él me está esperando."

Stapes me dio una mirada fría, haciendo ver perfectamente claro que si el Maer me hubiera estado esperando, él habría tenido conocimiento de ello desde hace diez días. Se frotó la barbilla mientras me miró y vi que llevaba un anillo de hierro mate con letras de oro sobre la superficie.

A pesar de sus recelos evidentes, Stapes tomó la carta y desapareció por una serie de puertas dobles. Me quedé en el pasillo por un nervioso minuto antes de su regreso y me hizo pasar al interior, todavía con una vaga mirada de desaprobación.

Caminamos a través de un pasillo corto y luego llegamos a un segundo conjunto de puertas flanqueado por guardias armados. Estos no eran guardias ceremoniales de la clase que a veces se ven en público, de pie con rigidez, con la atención en las alabardas. Llevaban los colores del Maer, pero por debajo del color zafiro y marfil, los petos de las armaduras eran funcionales, con anillas de acero y cuero. Cada hombre llevaba una espada larga y un largo cuchillo. Me miraron seriamente mientras me acercaba.

Stapes asintió con la cabeza y uno de los guardias me reviso de manera rápida y competente, deslizando sus manos a lo largo de mis brazos, piernas y alrededor de mi pecho, en busca de armas ocultas. De repente estaba muy contento de algunas de las desgracias de mi viaje, específicamente las que habían terminado con la pérdida de la pareja de delgados cuchillos me había acostumbrado a usar por debajo de la ropa.

El guardia dio un paso atrás y asintió con la cabeza. Luego Stapes me dirigió otra mirada irritada y abrió la puerta interior.

En el interior, dos hombres estaban sentados en una mesa con mapas esparcidos. Uno era alto y calvo, con la dura y curtida mirada de un soldado veterano. A su lado estaba el Maer.

Alveron era mayor que yo había esperado. Tenía un rostro serio, orgulloso con arrugas alrededor de la boca y los ojos. Su bien cortado pelo era prácticamente blanco, pero su cabeza todavía estaba llena de un pelo largo y grueso. Sus ojos también parecían desmentir su edad. Eran grises claros, inteligentes y penetrantes. No eran los ojos de un anciano.

El Maer clavo los ojos en mí cuando entré en la habitación. Llevaba la carta de Threpe en una mano.

Hice una reverencia estándar de tres arcos. "El mensajero" como mi padre la llamaba. Baja y formal, como la alta categoría del Maer requería. Respetuosa, pero no servil. Sólo porque los cargos nobiliarios me importen menos que la mugre de los pies, no significa que no pueda jugar el juego cuando es útil para mí.

Los ojos del Maer parpadearon, miro la letra y a continuación dijo. "Kvothe, ¿verdad? Viajas con rapidez para llegar con tan suficiente antelación. No me esperaba, incluso una respuesta del conde tan pronto."

"Hice el viaje a toda la velocidad posible para ponerme a su disposición, su merced."

"Efectivamente". Me miró con detenimiento. "Y parece que reivindicas la opinión del conde sobre tu ingenio, haciendo todo el camino a mi casa con nada más que una carta sellada en las manos."

"Pensé que era mejor presentarme a la brevedad posible, su merced," le dije neutral. "Su carta implicaba que tenía cierta prisa."

"Y un trabajo impresionante que has hecho ", dijo Alveron, mirando al hombre alto sentado en la mesa junto a él. "¿No te parece, Dagón?"

"Sí, su merced." Dagón miró con ojos oscuros, desapasionados. Su rostro era duro y fuerte y sin emociones. Me produjo un escalofrío.

Alveron echó un vistazo a la carta de nuevo. "Threpe sin duda tiene algunas cosas halagadoras que decir sobre ti", dijo. "Bien hablado. Encantador. El músico con más talento que ha conocido en diez años. . . . "

El Maer siguió leyendo y luego me miró de nuevo, sus ojos eran astutos. "Pareces un poco joven", dijo pensativamente. "Apenas pasas de los veinte, ¿no?"

Yo acababa de cumplir un mes desde mi decimosexto cumpleaños. Un hecho que deliberadamente había omitido en la carta. "Soy joven, su merced", admití, dejando de lado la mentira real. "Pero he estado haciendo música desde que tenía cuatro años." Hablé con tranquila confianza, doblemente contento de mi ropa nueva. En mis harapos, yo habría parecido un erizo con hambre. Así como estaba, iba bien vestido y bronceado de mis días en el mar, y las líneas de la desventura en mi cara agregaban años a mi apariencia.

Alveron me miró durante un largo y especulativo momento, luego asintió con la cabeza, aparentemente satisfecho. "Muy bien", dijo. "Por desgracia, estoy muy ocupado ahora. ¿Mañana te sería conveniente?" En realidad no era una pregunta. "¿Has encontrado alojamiento en la ciudad?"

"No he hecho ningún arreglo hasta el momento, su merced."

"Te quedaras aquí", dijo sin alterarse. "¿Stapes?" Él lo llamó con su voz apenas más fuerte que su tono de conversación normal y el corpulento mayordomo apareció casi al instante. "Establece a nuestro invitado en algún lugar en el ala sur, cerca de los jardines." Él se volvió hacia mí. "¿Su equipaje llegara pronto?"

"Me temo que todo mi equipaje se perdió en el camino, su merced. Naufragio".

Alveron levantó una ceja brevemente. "Stapes te equipara bien." Dobló la carta de Threpe e hizo un gesto de despedida. "Buenas noches".
Hice una reverencia y seguí a Stapes fuera de la habitación.

***

Las habitaciones eran las más opulentas que jamás había visto y mucho menos vivido, llenas de madera vieja y piedra pulida. La cama tenía un colchón de plumas de un pie de espesor y era tan grande como toda mi habitación en Anker´s.

Mi habitación era tan agradable que me llevó casi un día entero a darme cuenta de lo mucho que la odiaba.

Una vez más hay que pensar en términos de zapatos. No quieres el par más grande. Quieres un par que se te adapte. Si los zapatos son demasiado grandes, los pies, se irritan y duelen.

De manera similar, mis habitaciones me irritaban. Había un enorme armario vacío, vacíos los cajones y las estanterías desnudas. Mi habitación en Anker’s había sido muy pequeña, pero allí me sentí como un guisante seco en el interior de una caja de joyas vacía.

Pero mientras que las habitaciones eran demasiado grandes para mis bienes inexistentes, eran demasiado pequeñas para mí. Me vi obligado a permanecer allí, esperando a que el Maer me llamase. Como yo no tenía idea de cuándo esto podría suceder, me quedé atrapado con extrema eficacia.

En defensa de la hospitalidad del Maer, debo mencionar algunas cosas positivas. La comida era excelente, aunque algo fría para el momento en que llegaba debido al largo camino desde la cocina. Había también una bañera de cobre maravillosa. Los criados traían el agua caliente, pero esta se drenaba a través de una serie de tuberías. No esperaba encontrar comodidades como esa tan lejos de la influencia civilizadora de la Universidad.

Recibí la visita de uno de los sastres del Maer, un hombre un poco excitable que me midió de seis formas diferentes al mismo tiempo que charlaba sobre los chismes de la corte. Al día siguiente, un niño mensajero me entregó dos juegos de ropa elaborada en los colores que me quedaban.

En cierto modo, tuve suerte de haberme encontrado con problemas en el mar. La ropa que los sastres de Alveron me entregaron era mucho mejor que cualquier cosa que me podría haber permitido, incluso con la ayuda de Threpe.

Lo mejor de todo, fue que mientras comprobaba el ajuste de la ropa, el sastre hablador menciono que las capas estaban de moda. Aproveché la oportunidad para exagerar un poco acerca de la capa que Fela me había dado, lamentando la pérdida de la misma.

El resultado fue una capa granate de colores vivos. No me mantendría a salvo de la lluvia para nada, pero yo estaba muy orgulloso de ella. No sólo me hacía ver más bien apuesto, sino que también estaba llena de ingeniosos pequeños bolsillos.

Así que yo estaba vestido, alimentado y rodeado de lujo. Pero a pesar de esta generosidad, antes del mediodía del día siguiente estaba rondando en mi habitación como un gato en una jaula. Me moría de ganas de estar afuera, para sacar mi laúd del empeño, para descubrir por qué el Maer necesitaba el servicio de alguien inteligente, bien hablado y sobre todo, discreto.

Sistema para las traducciones

Mis queridos traductores del Spanish Edena Ruh, se implementa un nuevo sistema para traducir.
Ahora cada capitulo tiene asignada una fecha que es la fecha maxima en la que se puede enviar, aqui del lado derecho donde estan los capitulos disponibles esta cada fecha a lado del capitulo.
Esto contara apartir de hoy asi que a los que ya tienen apartados capitulos no les afectara para el capitulo que ya tengan.
Por favor eligan los capitulos a conciencia de que pueden traducirlos en el tiempo que tienen, si pueden mandarlo antes que mejor pero la fecha ahi va a ser inamovible, espero que con esto podamos tener mas capitulos disponibles y nos reste muchos atrasos, poco a poco espero que incluso se puedan poner mas de un capitulo al dia con bastantes capitulos ya terminados por delante.
Lo demas sigue igual, si quieren algun capitulo por favor mandenme un mail y no lo comiencen a traducir hasta que les responda para evitar que dos personas o mas traduscan el mismo.
Okay pues es todo, por favor pregunten si no les quedo claro :)

lunes, 29 de agosto de 2011

Capitulo 53

 Hellooo a todo mundoo!! bueno primero que nada este capitulo fue traducido por Juanma y estaba.. impecable! Dioos!! jeje, le cambie por mucho una palabra y un puñado de letras :D
Okaaaay tenemos una situacion aqui! Veran otro traductor me habia pedido para traducir los capitulos 53, 54 y 55, yo le respondi q el 53 ya lo tenia Juanma y que los otros dos si podia hacerlos pero parece q ya habia comenzado el 53 entonces me lo mando unos dias despues, cuando le pregunte me dijo lo que ya les dije y cuando le pregunte sobre los otros dos capitulos pues.. aun me me ha respondido, asi que estan disponibles de nuevo, quien los toma???
Emmm tambien! voy a imprementar un nuevo sistema para evitar estas cosas, pero no se preocupen traductores, no sera algo muy drastico jeje, solo dejenme organizarlo bien y ya les estare diciendo n__n
Okaas pues lean!

Capítulo 53
La pendiente


Crucé cojeando las puertas de Severen andrajoso, hambriento y sin dinero. El hambre no me es desconocida. Conozco las innumerables formas huecas que va creando en tu interior. Ésta hambre en particular no era una de las terribles. Había comido dos manzanas y algo de cerdo en salazón el día anterior, así que ésta hambre sólo era doloroso. No era el hambre mala que te deja débil y temblando. Estaría a salvo de eso durante al menos ocho horas o así. Durante los últimos dos ciclos todo lo que poseía se había perdido, destruido, sido robado o abandonado. La única excepción era mi laúd. El maravilloso estuche de Denna se había amortizado él solo diez veces durante mi viaje. Además de salvarme la vida en una ocasión, había protegido mi laúd, la carta de presentación de Threpe y el inestimable dibujo de los Chandrian de Nina

Puede que te des cuenta de que no incluyo nada de ropa en mi lista de pertenencias. Hay dos buenas razones para ello. La primera es que en realidad no podrías llamar a los mugrientos harapos que llevaba ropa sin extender la verdad hasta su punto de rotura. La segunda es que las había robado, así que no parecía correcto proclamarlas como mías.

Lo más molesto era la perdida de la capa de Fela. Me vi obligado a romperla a tiras y usarla como vendas en Junpui. Casi tan malo era el hecho de que mi gram, que tanto trabajo me costó, yacía ahora en algún lugar en el fondo de las frías y oscuras aguas del mar de Centhe.

***

La ciudad de Severen estaba dividida en dos partes diferentes por un alto acantilado blanco. La mayoría de la vida de negocios de la ciudad tomaba lugar en la parte más grande de la ciudad, al pie del acantilado, acertadamente conocida como la Pendiente

Sobre la Pendiente se encontraba una parte mucho más pequeña de la ciudad. Consistía en su mayor parte de fincas y señoríos que pertenecían a la aristocracia y a mercaderes acomodados. También disponía de un apropiado número de sastres, establos, teatros y burdeles necesarios para abastecer las necesidades de la clase alta.

El inhóspito risco de piedra blanca parecía como si hubiera sido alzado para darle a la nobleza una mejor vista del paisaje. A medida que se alejaba hacia el noreste y el sur, perdía altura e imponencia, pero donde dividía Severen medía doscientos pies de alto y se elevaba como un muro de jardín.

En el centro de la ciudad, una gruesa península de acantilado sobresalía de la peninsula. Colgando en este sobresaliente trozo de risco se encontraban los terrenos del Maer Alveron. Sus paredes de piedra pálida eran visibles desde cualquier parte de la ciudad que estaba debajo. El efecto era intimidante, como si el hogar ancestral del Maer te mirara fijamente desde lo alto.

Verlo sin una moneda en mis bolsillos o un atuendo decente encima era bastante intimidante. Había planeado llevar la carta de Threpe directamente al Maer a pesar de mi desaliñado estado, pero mirando aquellos enormes muros de piedra me di cuenta de que probablemente no me dejarían entrar por la puerta principal. Parecía un mendigo asqueroso.

Tenía pocos recursos y aún menos opciones entre las que elegir. Con la excepción de Ambrose en la baronía de su padre, algunas millas al sur, no conocía un solo alma en toda Vintas.

He mendigado antes y he robado. Pero sólo cuando no tenía otras opciones disponibles. Son actividades peligrosas y sólo un completo idiota intentaría hacerlo en una ciudad desconocida, aún menos en un país entero desconocido. Aquí en Vintas ni siquiera conocía las leyes que podría estar rompiendo.

Así que apreté los dientes y elegí la que me parecía la única opción disponible. Deambulé descalzo a través de las calles empedradas de Severen Bajo hasta que encontré una tienda de empeños en una de las mejores partes de la ciudad.

Me quedé al otro lado de la calle casi una hora, observando a la gente ir y venir, intentando pensar en una opción mejor. Pero simplemente no tenía ninguna. Así que saqué la carta de Threpe y el dibujo de Nina del compartimento secreto del estuche de mi laúd, crucé la calle y empeñé mi laúd y mi estuche por ocho nobles de plata y una nota.

Si has tenido el tipo de vida fácil que nunca te ha llevado a una casa de empeños déjame explicártelas. La nota es un tipo de recibo y con él, podría comprar mi laúd de nuevo por la misma cantidad de dinero, siempre y cuando lo haga en los siguientes once días. El duodécimo día se convierte en propiedad del prestamista, quien no dudaría en darme la espalda y venderlo por diez veces esa cantidad.

De vuelta en la calle, sopesé las monedas. Parecían delgadas e insustanciales comparadas con la moneda Ceáldica o los pesados peniques de la Mancomunidad con los que estaba familiarizado. Aun así, el dinero se gasta igual en todas las partes del mundo y siete de esos nobles me compraron unos magníficos ropajes dignos de un caballero, además de un par de suaves botas de cuero. Con lo que me sobró me pagué un corte de pelo, afeitado, baño y la que fue mi primera comida sólida en tres días. Después de eso me encontraba de nuevo sin una sola moneda, pero me sentía mucho más seguro de mí mismo.

Aun así, sabía que sería difícil abrirme camino hasta el Maer. Los hombres con su grado de poder viven entre varias capas de protección. Hay formas tradicionales y elegantes de atravesar esas capas: presentaciones y audiencias, mensajes y anillos, tarjetas de visita y lamer culos.

Pero sólo tenía once días para desempeñar mi laúd, mi tiempo era demasiado precioso para eso. Necesitaba establecer contacto con Alveron rápidamente.

Así que me dirigí al pie de la Pendiente y encontré un pequeño café que atendía a una distinguida clientela. Usé una de mis preciadas monedas restantes para comprar una taza de chocolate y un asiento con vistas a la mercería del otro lado de la calle.

Durante las siguientes varias horas escuché los rumores que fluían a través de aquellos lugares. Y mejor aún, me gané la confianza de un chico listo que trabajaba en el café, esperando rellenar mi taza si así lo deseaba. Con su ayuda y poniendo un poco la oreja aprendí bastante acerca de la corte del Maer en muy poco tiempo.

Al tiempo las sombras se alargaron y decidí que era hora de moverme. Llamé al chico y apunté al otro lado de la calle.

— ¿Ves ese señor? ¿El del traje rojo?

—Sí, señor.

—¿Sabes quién es?

—El escudero Bergon, si le parece bien.

Necesitaba a alguien más importante que eso.

—¿Qué hay de su enfadado compañero, el que tiene ese horrible sombrero amarillo?

El chico ahogó una sonrisa.

—Ése es el Baronet Pettur.

Perfecto. Me acerqué y le di una palmada en la espalda a Jim en la espalda.

—Te irá bien por tu cuenta con una memoria como ésa. Consérvala bien.

Le dí medio penique y paseé hasta donde estaba parado el baronet, toqueteando una borla de terciopelo verde oscuro.

No hace falta decir que, en términos de status social, no hay nivel más bajo que Edena Ruh. Incluso dejando a un lado mi herencia, era un plebeyo sin tierras. Eso significaba que en términos de posición social el baronet estaba tan alto sobre mí como una estrella, no debería de ser capaz ni de mirarlo a la cara. Una persona de mi posición debería dirigirse a él como “mi señor”, evitando el contacto visual y haciendo profundas reverencias de forma humilde.

La verdad sea dicha, una persona de mi posición social no debería hablarle en absoluto.

Las cosas eran diferentes en la Mancomunidad, por supuesto. Y la Universidad en sí era particularmente igualitaria. Pero incluso allí la nobleza aún era rica y poderosa y estaba bien conectada. La gente como Ambrose no tendría la más mínima consideración con gente como yo. Y si las cosas se ponían difíciles, él siempre podía acallar o sobornar algún juez para librarse de los problemas.


Pero ahora estaba en Vintas. Aquí Ambrose no necesitaría sobornar al juez. Si yo hubiera empujado accidentalmente al Baronet Pettur en la calle cuando aún estaba descalzo y fangoso podría haberme dado latigazos hasta sangrar para luego llamar a un guardia para que me arrestara por alteración del orden público. El guardía lo habría hecho, con una sonrisa y un asentimiento.

Déjame intentar decir esto más concisamente. En la Mancomunidad, la nobleza es gente con poder y dinero. En Vintas, la nobleza tiene poder, dinero y privilegios. Muchas reglas simplemente no se aplican a ellos.

Lo que significa que en Vintas las clases sociales eran de suma importancia.

Lo que significaba que si el baronet supiera que estaba por debajo de él, me arrollaría, bastante literalmente. Por otro lado...

Mientras cruzaba la calle hacia el baronet, enderecé mis hombros y elevé un poco mi barbilla. Puse mi cuello rígido y entrecerré ligeramente mis ojos. Miraba alrededor como si poseyera la calle entera y como si estuviera algo decepcionado.

—¿Baronet Pettur? —dije vivamente.

El hombre me miró, con una ligera sonrisa, como si no pudiera decidir si me había reconocido o no.

—¿Sí?

Hice un gesto cortante hacia la Pendiente.

—Le estarías haciendo un gran servicio al Maer si me acompañaras a su propiedad lo antes posible —mantuve una expresión severa, casi enfadada.

—Bueno, seguramente —sonaba cualquier cosa menos seguro. Podía percibir las preguntas, las excusas comenzando a bullir dentro de él—. ¿Q...?

Perforé al baronet con mi mirada más altiva. Puede que los Edena estén en el peldaño más bajo de la escalera social, pero no hay mejores actores vivos. Había sido criado en el escenario y mi padre podía interpretar un rey tan majestuoso que había visto gente entre el público quitándose el sombrero cuando hacía su entrada.

Puse mis ojos tan duros como ágatas y miré al hombre colorado de arriba a abajo como si fuera un caballo por el que no estaba seguro de si debía molestarme en apostar.

—Si el asunto no fuera urgente, nunca le importunaría de esta forma —dudé, luego añadí un duro y reacio—. Señor.

El Baronet Pettur me miró a los ojos. Estaba ligeramente desconcertado, pero ni mucho menos tanto como había pensado. Como la mayoría de la nobleza, estaba centrado en sí mismo como un giroscopio y la única cosa que evitaba que me tratara con desprecio era su incertidumbre. Me miró, tratando de decidir si podía arriesgarse a ofenderme preguntándome mi nombre y de qué nos conocíamos.

Pero aún tenía un truco final que jugar. Saqué la delgada y afilada sonrisa que el camarero del Hombre Gris usaba cuando iba a visitar a Denna durante aquellos meses. Como había dicho, era una buena sonrisa: cortés, educada y más condescendiente que si me hubiera acercado y hubiera acariciado al hombre en la cabeza como si fuera un perro.

El Baronet Pettur soportó el peso de la sonrisa durante casi un segundo entero. Luego se partió como un huevo, sus hombros bajaron un poco e incluso su actitud se convirtió en ligeramente servil.

—Cualquier servicio que pueda prestar al Maer es un servicio que me alegro de prestar —dijo—, por favor, permítame —se adelantó dirigiéndose al pie del precipicio.

Mientras le segúia, sonreí.



Capitulo 52

 Hola a todo mundo :) aqui esta este pequeño capitulo traducido por Pauli!!! en la noche les pondre el siguiente capitulo, okay sean felices n__n

Capítulo 52
Un Breve recorrido

Mi ruta era sencilla. Me dirigiría río abajo hacia Tarbean, a través del estrecho Refting, bajando por la costa hacia Junpui, luego subiendo por el rio Arrand. Era más indirecto que ir por tierra, pero mejor a largo plazo. Incluso si fuera a adquirir un correo postal y cambiar caballos a cada oportunidad, todavía me tomaría al menos tres ciclos para llegar a Severen por tierra. Y la mayoría de ese tiempo sería en el sur de Atur y los Pequeños Reinos. Solo los sacerdotes y los necios esperan que los caminos en esa parte del mundo, sean seguros. La ruta acuática, añade varios de cientos de millas a la distancia recorrida, pero los barcos en el mar, no necesitan tener en cuenta las vueltas y giros de un camino. Y mientras que un buen caballo puede fijar mejor ritmo que un barco, no puedes montar un caballo día y noche sin descansar. La ruta acuática tomaría alrededor de una docena de días, dependiendo del clima.

Mi curiosidad estaba también encantada de tomar la ruta marina. Yo nunca había estado en aguas más grandes que las de un río. Mi única preocupación real era que podría aburrirme con nada más que viento, olas y los marineros por compañía.

***

Diversas y desafortunadas complicaciones surgieron durante el viaje.
En resumen, hubo una tormenta, piratería, traición y naufragio, aunque no en ese orden. También hace falta decir que hice gran cantidad de cosas, algunas heroicas, algunas mal aconsejadas, algunas inteligentes y audaces.
A lo largo de mi viaje fui asaltado, me ahogué y me quedé sin un penique en las calles de Junpui. Con el fin de sobrevivir supliqué por pedazos de pan duro, robé los zapatos de un hombre y recité poesía. La última debe demostrar más que las otras lo verdaderamente desesperada que se convirtió mi situación.
Sin embargo, como estos acontecimientos tienen poco que ver con la esencia de la historia, debo pasarlos por alto, en favor de cosas más importantes. Dicho de manera simple, me tomó dieciséis días llegar a Severen. Un poco más de tiempo del que yo había planeado, pero en ningún punto de mi viaje estuve aburrido.


sábado, 27 de agosto de 2011

capitulo 51

Holaaa pues este es un capitulo cortito :) fue traducido por Pauli y buenoo ya es todo jeje q lo disfruten, el siguiente capitulo aun no me lo ha mandado.
Del pack de capitulos me esta ayudando Marcelo y lo subire tan pronto como quede mas bonito aun q antes, que sera creo mañana :)

Capítulo 51
El Temor de Todo Hombre Sabio

Me detuve en el Eolio en donde Threpe me esperaba, prácticamente bailando de impaciencia. Él había, me dijo, encontrado un barco que partía rumbo río abajo en menos de una hora. Lo que es más, él ya había pagado mi trayecto hasta Tarbean, en donde debía ser fácil encontrar pasaje hacia el Este. Los dos nos apresuramos hasta el muelle, llegando justo cuando el barco hacía los últimos preparativos. Threpe, con la cara roja y resoplando por nuestra rápida caminata, se apresuró a darme el equivalente de consejos para toda una vida, en el espacio de tres minutos.
“El Maer es antiguo, sangre antigua,” dijo. “No como la mayoría de la pequeña nobleza en estos alrededores, los cuales no pueden decirte ni quienes eran sus bisabuelos. Así que trátalo con respeto.”
Entorné los ojos. “¿Por qué todos siempre esperaban que me comporte de una manera tan pobre?”
“Y recuerda,” dijo. “Si te ves como si estuvieras tras el dinero, ellos te verán como un pueblerino. En cuanto eso suceda, nadie te va a tomar enserio. Tú estás ahí para ganarte favores. Ese es un juego de alto riesgo. Además, la fortuna sigue al favor, como suele decirse. Si consigues uno, conseguirás el otro. Es como lo que escribió Teccam, ‘El costo de un pan es una cosa simple, por lo que un pan se busca a menudo. . .’
“ ‘… pero algunas cosas están más allá de la valoración: la risa, la tierra y el amor nunca se compran.’ ” Lo complete. Era en realidad, una cita de Gregan el Menor, pero no me molesté en corregirlo.
“¡Eh allí!” gritó un hombre moreno y barbudo desde la cubierta del barco.” “Tenemos a un rezagado al que estamos esperando, y el capitán está tan enfadado como una puta fea. Jura que va a partir si no está aquí en dos minutos. Harías bien el estar a bordo para ese entonces.” Se alejó sin esperar respuesta.
“Dirígete a él como vuestra merced,” Threpe continuó como si no lo hubieran interrumpido. “Y recuerda: habla menos si quieres ser escuchado con más frecuencia. ¡Oh!” Sacó una carta sellada del bolsillo de su camisa. “Aquí está tu carta de presentación. Puedo enviar otra copia por correo, solo para que él sepa qué esperar de ti.”
Le di una amplia sonrisa y apreté su brazo. “Gracias Denn,” dije seriamente. “Por todo. Aprecio esto más de lo que crees.”
Threpe movió la mano dejando de lado el comentario. “Sé que lo vas a hacer de maravilla. Eres un chico inteligente. Preocúpate de encontrar un buen sastre en cuanto llegues allá. Las modas son diferentes. Como dicen ellos: conoce a una dama por sus modales, a un hombre por su ropa.”
Me arrodillé y abrí el estuche de mi laúd. Moviendo el laúd a un lado, presioné la tapa del compartimento y se retorció y se abrió. Deslicé la carta sellada de Threpe dentro, donde se unió al cuerno hueco con el dibujo de Nina y un pequeño saco de manzana seca que había guardado allí. No había nada especial respecto a la manzana seca, pero en mi opinión, si tienes un compartimento secreto en el estuche de tu laúd y no lo usas para esconder cosas, hay algo muy, muy mal contigo. Hice sonar los broches del sistema de cierre de la tapa, entonces me puse de pie y reuní mis pertenencias, listo para abordar el barco.
De repente Threpe me agarró el hombro. “¡Casi lo olvido! Alveron mencionó en una de sus cartas que la gente joven en su corte juega. El cree que es un hábito deplorable, así que mantente alejado de eso. Y recuerda, pequeños deshielos crean grandes inundaciones, así que ten doble cuidado con el lento cambiar de la temporada.”
Vi a alguien corriendo por el muelle hacia nosotros. Era el hombre con cara de apuros que nos había pasado a Elodin y a mí anteriormente. Cargaba un paquete envuelto en tela, cerca bajo el brazo.
“Supongo que ese, es su marinero perdido,” dije rápidamente. “Será mejor que suba abordo.” Le di a Threpe un rápido abrazo y traté de escapar antes de que pudiera darme uno más de sus consejos.
Pero atrapó una de mis mangas en cuanto me di vuelta. “Se cuidadoso en tu camino hacia allá,” dijo, su expresión era de ansiedad. “Recuerda: Hay tres cosas a las que todo hombre sabio teme: la tormenta en el mar, una noche sin luna y la ira de un hombre apacible.”
El marinero nos pasó y golpeó la pasarela corriendo, sin pensar en cómo el tablero se sacudió y resonó bajo sus pies. Le di a Threpe una sonrisa tranquilizadora y lo seguí pisándole los talones. Dos hombres vestidos con cuero izaron la tabla y le devolví a Threpe el saludo final.
Las órdenes fueron gritadas, los hombres perturbados y el barco comenzó a moverse. Voltee la cara río abajo, hacia Tarbean, hacia el mar.

viernes, 26 de agosto de 2011

Capitulo 50

Holaaa :) espero q todo mundo este genial, pues aqui esta este capitulo traducido por Marcelo Sanchez!! uno de nuestros mas nuevo traductores, la verdad es que hizo un trabajo estupendo, el capitulo tenia un monton de notitas por doquier que casi no fueron necesarias,(pero me alegran las notitas XDD)  no se las pongo por que eran referentes a la traducion jeje.
 Tambien como se van a dar cuenta Marcelo le puso guiones aunque no estaban del todo bien puestos, los deje despues de correguir de las pocas cosas que tengo bien seguro acerca de los guiones (que cuando termina el enunciado con un dialogo ya no va guion al final) pero los deje por que estan aceptables y me dio penita cambiarselos ya q a todos les gustan mucho XDD, tambien les dire que he estado entrada con esto de entenderle a los guiones y pude ver mas cosas (see creo que al fin le capte el asunto) pero aun estoy insegura y no quise moverle mas que lo que ya dije.
Buenoo realmente es el "capitulo que estaban todos esperando" jeje no dire mas XD. Q lo disfruten :D

Capitulo 50
Persiguiendo el viento

Le entregué mi ficha de admisiones a Fela, diciéndole que esperaba que esto le trajera suerte. Y así el bimestre de invierno llegó a su fin.
De repente, tres cuartas partes de mi vida, simplemente desaparecieron. No tenía clases para ocupar mi tiempo, ni turnos en la Clínica para cubrir. Ya no podía sacar material de Existencias, usar las herramientas en la Factoría, o entrar en el Archivo.
Al principio no fue tan malo. El espectáculo del solsticio de invierno fue una maravilla de distracción, y sin la preocupación del trabajo y el estudio yo estaba libre para divertirme y pasar tiempo en compañía de mis amigos.
Luego el bimestre de primavera comenzó. Mis amigos seguían allí, pero estaban muy ocupados con sus propios estudios. Me encontré a mí mismo cruzando el río más y más. Denna todavía estaba ausente, pero Deoch y Stanchion siempre estaban dispuestos a compartir una copa y algunos chismes.
Threpe estaba allí también, y aunque de vez en cuando me presionaba para asistir a una cena en su casa, podía distinguir que su corazón no estaba en ello.
Mi juicio tampoco había complacido a la gente de este lado del río, y todavía se estaban contando historias sobre él. No sería bienvenido en ningún círculo social respetable durante muchísimo tiempo, o quizás nunca.
Jugué con la idea de abandonar la Universidad. Sabía que la gente se olvidaría del juicio con mayor rapidez si yo no estuviera cerca. ¿Pero a dónde iría? El único pensamiento que me vino a la mente se dirigía a Yll con la vana esperanza de encontrar Denna. Pero yo sabía que no era más que una estupidez.
Como no tenía necesidad de ahorrar dinero para la matrícula, fui a pagar le a Devi. Pero por primera vez no pude dar con ella. En el transcurso de varios días me puse cada vez más nervioso. Incluso deslicé bajo su puerta varias notas de disculpa hasta que escuché de Mola que ella estaba tomando unas vacaciones y regresaría pronto.

***

Los días pasaron. Y permanecía ocioso mientras el invierno se retiraba lentamente de la Universidad. Las escarchas dejaron las esquinas de las ventanas, y los arboles empezaron a mostrar sus primeros brotes verdes. Al final Simmon alcanzó su primera vislumbre de una pierna desnuda debajo de un vestido ondeando al viento y se declaró oficialmente que la primavera había llegado.
Una tarde, mientras estaba sentado bebiendo hidromiel con Stanchion, Threpe entró por la puerta prácticamente rebosante de emoción. Me llevó volando a una mesa privada en el segundo piso, mirándome a punto de estallar con las noticias que llevaba.
Threpe dobló sus manos sobre la mesa. —Puesto que no hemos tenido mucha suerte encontrándote un mecenas local, comencé a echar mis redes más lejos. Es bueno tener a un mecenas local. Pero si tienes el apoyo de un señor correctamente influyente, difícilmente importa dónde vive. —Asentí con la cabeza. Mi troupe había abarcado los cuatro puntos cardinales bajo la protección del nombre de Lord Greyfallow.
Threpe sonrió. — ¿Has estado alguna vez en Vintas?
— Posiblemente, —le dije. Entonces, viendo su mirada de asombro, le expliqué, — viajé bastante cuando era un niño. No puedo recordar si alguna vez lo hicimos tan lejos al oriente.
Él asintió con la cabeza. — ¿Sabes quién es Maer Alveron? — Lo conocía, pero pude distinguir que Threpe se impacientaba por contarme el mismo. —Me parece recordar algo…—le dije vagamente.
Threpe sonrió abiertamente — ¿Conoces la expresión “rico como el Rey de Vintas”?
Asentí con la cabeza.
— Bueno pues, ese es él. Sus tátara-tátara-abuelos fueron los reyes de Vintas, antes de que el imperio fuera pisoteado, convirtiendo a cada uno a la ley de hierro y al Libro del Camino. Si no fuera por algunos caprichos del destino, una docena de generaciones atrás, Alveron sería la familia real de Vintas, no la Calanthis, y mi amigo el Maer sería el rey.
—Tu amigo, —dije con apreciación. — ¿Conoces a Maer Alveron?
Threpe hizo un ademán vacilante. — Amigo puede ser estirar las cosas un poco, — admitió. — Nos hemos estado escribiendo desde hace algunos años, intercambiando noticias de nuestros diferentes rincones del mundo, haciéndonos un favor o dos. Podría ser más apropiado decir que somos conocidos.
— Un conocido impresionante. ¿Cómo es él?
— Sus cartas son muy formales. No es alzado aunque posee un buen rango por encima de mí, — dijo Threpe con modestia—. Él es casi un rey excepto por el título y la corona, ya sabes. Cuando Vintas se formó, su familia se negó a ceder ninguno de sus plenos poderes. Esto significa que el Maer tiene la autoridad para hacer casi cualquier cosa que el rey Roderic puede hacer: otorgar títulos, reclutar un ejército, acuñar moneda y recaudar impuestos…
Threpe agitó su cabeza bruscamente. — Ah, me olvidaba lo que estaba haciendo, — dijo comenzando a buscar en sus bolsillos. —Recibí una carta de él ayer—. Sacó un pedazo de papel, lo desdobló, luego se aclaró la garganta y leyó:

Sé que están hasta el cuello de poetas y músicos por allí y yo estoy muy necesitado de un joven bueno con las palabras. No puedo encontrar a alguien que me convenga aquí en Severen. Y ya con todo dicho, preferiría lo mejor .
Él debe ser bueno con las palabras, por sobre todo, tal vez un músico de algún tipo. También, quisiera que sea listo, bien hablado, cortés, educado y discreto. Al leer esta lista se puede ver por qué no he tenido suerte encontrando uno por mi cuenta. Si por casualidad conoce usted a un hombre de esta rara especie, anímelo a venir a verme.
Le diría el uso que pretendo darle, pero el asunto es de carácter privado…

Threpe estudió la carta durante un momento o dos. —Esto continúa un poco—. Luego dijo, —En cuanto a la cuestión que he mencionado antes, tengo prisa. Si no hay nadie conveniente en Imre, por favor envíeme una carta por correo. Si por casualidad envía usted a alguien de mi agrado , anímelo a hacerlo rápidamente. —Los ojos de Threpe exploraron el papel durante un momento más, sus labios se movían silenciosamente. —Esto es todo, — dijo finalmente, y se lo metió de nuevo en el bolsillo. — ¿Qué piensas?
—Usted me hace un gran…
—Sí, sí. — Agitó una mano impacientemente. —Estás halagado. Saltémonos todo eso. — Se inclinó hacia adelante seriamente. — ¿Lo harás? ¿Podrán tus estudios, — hizo un ademán despectivo hacia el oeste, hacia la Universidad, — permitirte una ausencia por una temporada, o algo así?
Aclaré mi garganta. —De hecho, he estado considerando estudiar fuera del país durante algún tiempo.
El conde estalló en una amplia sonrisa y golpeó el brazo de su silla.— ¡Bien! — se echó a reír. — ¡Pensé que tendría que apartarte forzosamente de tu preciada Universidad de la misma manera que a un penique del puño cerrado de un muerto! Te darás cuenta de que esta es una oportunidad maravillosa. De una sola vez en la vida, realmente. —Me guiñó astutamente. — Además, a un joven como tú, le sería muy difícil encontrar un mejor mecenas que el hombre que es más rico que el rey de Vintas
—Hay un poco de verdad en eso, —admití en voz alta. En silencio, pensaba, ¿podía acaso esperar una mejor ayuda en mi búsqueda de los Amyr?
—Hay mucha de verdad en eso, — se rió entre dientes . —¿Cuán pronto estarás listo para partir?
Me encogí de hombros. — ¿Mañana?
Threpe levantó una ceja. — Tú no das mucho tiempo para que el polvo se asiente, ¿verdad?
— Él dijo que tenía prisa, y yo prefiero ir temprano que tarde
—Es cierto. Es cierto— Saco un reloj con engranajes de plata de su bolsillo, lo miró y suspiró, mientras este hacía clic al cerrarse. — Voy a tener que pasar por alto un poco de sueño esta noche redactando el borrador de una carta de presentación para ti.
Eché un vistazo a la ventana. —Ni siquiera esta oscuro aun—le dije. — ¿Cuánto tiempo esperas que te tome?
—Calla — dijo enfadado. — Yo escribo lentamente, especialmente cuando estoy enviando una carta a alguien tan importante como el Maer. Además tengo que describirte, ninguna tarea fácil por sí misma.
—Déjeme ayudarle entonces, — dije. —No tiene sentido el perder sueño por mi causa— sonreí. —Además, si hay algo en lo que estoy muy versado, es en mis buenas cualidades.

***

El día siguiente hice una serie de adioses apresurados a todos mis conocidos en la Universidad. Recibí los sentidos apretones de manos de Wilem y Simmon y un alegre saludo de despedida con mano de Auri.
Kilvin lanzó un gruñido sin levantar la mirada de su grabado y me dijo que escribiera cualquier idea que tuviera para una lámpara perpetua mientras estaba ausente. Arwyl me dio una larga y penetrante mirada a través de sus lentes y me dijo que habría un lugar para mí en la Clínica cuando regrese.
Elxa Dal fue reconfortante después de las reacciones reservadas de los otros maestros. Se rió y admitió que estaba un poco celoso de mi libertad. Me aconsejó que aprovechara al máximo cada oportunidad temeraria que se me presentara. Si miles de kilómetros, no eran suficientes para mantener mis aventuras en secreto, dijo, entonces nada lo seria.
No tuve suerte encontrando a Elodin y me conformé con deslizar una nota bajo la puerta de su oficina. Aunque ya no parecía que utilizaran el lugar, podrían pasar meses antes de que la encontrara.
Compré una nueva mochila de viaje y algunas otras cosas que un simpatista debe llevar consigo antes de estar fuera : cera, cordel y cable, aguja con gancho e hilo de tripa. Mis ropas fueron fáciles de empacar, no tenía muchas.
Cuando cargué mi macuto, me di cuenta de que no podía llevar todo conmigo. Esto me conmocionó. Durante tantos años había sido capaz de llevar todo que poseía, generalmente con una mano de la que prescindir.
Pero desde que me había mudado a esta pequeña habitación del desván , había emprendido la recopilación de rarezas y proyectos a medio terminar. Ahora tenía el lujo de dos mantas. Había páginas de notas, una pieza circular de estaño grabado por la mitad de la Factoría, un reloj de cuerda descompuesto que había obtenido en piezas para ver si podía armarlo otra vez.
Terminé de cargar mi macuto, luego amontoné todo lo demás en el maletero que estaba al pie de mi cama. Algunas herramientas desgastadas, un pedazo de pizarra que usé para el cálculo de cifras, una pequeña caja de madera con los puñados de pequeños tesoros que Auri me había dado...
Luego bajé y le pregunté Anker si le importaría guardar mis pertenencias en el sótano hasta que regrese. Admitió con un poco de culpa que poco antes de que yo empezara a dormir allí, la pequeña habitación, con pendiente en el techo había estado vacía durante años y solamente la usó como bodega. Él estaba dispuesto a dejarlo desalquilado si prometía continuar con nuestro actual arreglo de habitación por música cuando regresara. Estuve de acuerdo gustosamente y balanceando la caja del laúd en mi hombro, me dirigí a la puerta.

***

No estaba del todo sorprendido de encontrar a Elodin sobre el Camino de Piedra. Muy poco sobre el maestro Nominador me sorprendía estos días. Se sentó sobre el borde de piedra en la parte alta de la curva del puente, balanceando sus pies descalzos sobre la caída de treinta metros hasta el río.
—Hola Kvothe, — dijo sin volver la vista del agua agitada .
—Hola maestro Elodin, — dije. —Me temo que voy a dejar la universidad por un término o dos.
— ¿Lo temes en realidad? — notaba un murmullo de diversión en su voz silenciosa y retumbante.
Me tomó un momento darme cuenta a lo que se refería. —Es sólo una forma de hablar.
— Las formas de hablar son como las imágenes de nuestros nombres. Nombres vagos, débiles, pero nombres no obstante. Se consciente de ellos. — Me miró. —Siéntate conmigo por un momento.
Empecé a excusarme, luego vacilé. Él era quien me promovio después de todo. Puse mi laúd y mi macuto sobre la piedra plana del puente. Una sonrisa apareció en el rostro juvenil Elodin y le dio una palmada al parapeto de piedra al lado suyo con la palma de la mano, ofreciéndome un asiento.
Miré por encima del borde con un poco de ansiedad. —Preferiría no hacerlo, Maestro Elodin.
Me dio una mirada recriminatoria. — La precaución le corresponde a un arcanista. La seguridad le corresponde a un nominador. El miedo no le corresponde a ninguno de los dos. Ninguno se ajusta a ti. — Le dio una palmada a la piedra de nuevo, más firmemente esta vez.
Con mucho cuidado subí al parapeto y balanceé mis pies sobre el borde. La vista era espectacular, emocionante.
— ¿Puedes ver el viento?
Traté. Por un momento parecía como si... no. No era nada. Negué con la cabeza.
Elodin se encogió de hombros con indiferencia, aunque sentí un dejo de decepción. — Este es un buen lugar para un nominador. Dime por qué.
Miré alrededor. — Gran viento, agua fuerte, piedra antigua.
—Buena respuesta. —Oí auténtico placer en su voz. — Pero hay otra razón. Piedra, agua y fuego también están en otros lugares. ¿Qué hace este diferente?
Pensé por un momento, miré alrededor, agité mi cabeza. — No lo sé.
— Otra buena respuesta. Recuérdala.
Esperé a que continuara. Cuándo él no lo hizo, pregunté, — ¿Qué hace a este un buen lugar?
Miró el agua por mucho tiempo antes de responder. —Es un borde, — dijo finalmente.— Es un lugar alto con posibilidad de caer . Las cosas se ven más fácilmente desde los bordes. El peligro despierta a la mente dormida. Aclara algunas cosas. Ver las cosas es parte de ser un nominador.
— ¿Qué hay de la caída? — pregunté.
— Si caes, caes, — Elodin se encogió de hombros.
— A veces para aprender debemos caer. A menudo te caes en sueños antes de despertar.
Ambos estuvimos en silencio reflexionando por un momento. Cerré mis ojos e intenté escuchar el nombre del viento. Escuché el agua por debajo, sentí la piedra del puente bajo mis palmas. Nada.
— ¿Sabes lo que se solía decir cuando un estudiante abandonaba la Universidad por un período? — preguntó Elodin.
Negué con la cabeza.
—Decían que estaba persiguiendo al viento, — se echó a reír.
—He escuchado la expresión.
— ¿En serio? ¿Qué crees que significa?
Me tomó un momento elegir mis palabras. —Tenía un gusto frívolo. Como si los estudiantes corrieran tras ningún buen propósito.
Elodin asintió con la cabeza. — La mayoría de los estudiantes se marchan por razones frívolas, o para perseguir cosas frívolas. —Se inclinó hacia delante para mirar el río hacia abajo. — Pero no siempre fue ese el significado.
— ¿No?
— No. — Se recostó hacia atrás nuevamente. —Hace mucho tiempo, cuando todos los estudiantes aspiraban a ser nominadores, las cosas eran diferentes. Se humedeció un dedo y lo mantuvo al aire. — El nombre al que la mayoría de los nominadores novatos era alentado a encontrar era el del viento. Después de encontrar este nombre, sus mentes dormidas despertaban y la búsqueda de los demás nombres era más fácil.
— Pero algunos estudiantes tuvieron problemas para encontrar el nombre del viento. Había muy pocos bordes aquí, muy poco riesgo. Así que salían hacia las tierras salvajes, terrenos incultos. Ellos habrían ido buscando fortunas, vivir aventuras, cazar secretos y tesoros… — Él me miró. — Pero ellos realmente estaban buscando el nombre del viento.
Nuestra conversación se detuvo cuando alguien llegó al puente. Era un hombre de cabello oscuro y un rostro contraído. Él nos miraba desde el rabillo del ojo sin volver la cabeza, y cuando caminó detrás de nosotros traté de no pensar lo fácil qué podría ser para él empujarme del puente.
Luego que pasó más allá de nosotros. Elodin dio un suspiro de aburrimiento y continuó.
— Las cosas han cambiado. Incluso ahora hay menos bordes que antes. El mundo es menos salvaje. Hay menos magia, más secretos, y sólo un puñado de personas que conocen el nombre del viento.
— Usted lo sabe, ¿no? — le pregunté.
Elodin asintió con la cabeza. — Cambia de lugar en lugar, pero sé cómo escuchar su forma cambiante. — Él se rió y me dio una palmada a en el hombro. — Deberías partir. Perseguir el viento. Que no te atemoricen los peligros del camino. — Esbozó una sonrisa. — Con moderación.
Balanceé mis piernas, salté la gruesa pared, y reubiqué el laúd y mi macuto sobre mi hombro. Pero cuando me dirigía hacia Imre, la voz de Elodin me detuvo. —Kvothe.
Me volví y vi a Elodin inclinarse hacia adelante por el costado del puente. Sonrió como un niño. — Escupe para la buena suerte.

***

Devi me abrió la puerta y abrió mucho sus ojos en estado de shock. —Dios mío, — dijo, presionando un trozo de papel dramáticamente contra su pecho. La reconocí como una de las notas que dejé en su puerta. —Es mi admirador secreto.
—Estaba tratando de pagar mi préstamo, — dije. —he hecho cuatro viajes.
—Caminar es bueno para ti, — dijo con una carencia de su jovial simpatía mientras me hacía un ademán para entrar, echando el cerrojo a la puerta detrás de mí. El cuarto olía a…
Olfateé. — ¿Qué es eso? — Pregunté.
Su expresión fue triste. — Se suponía que sería pera.
Puse a un lado la caja del laúd y mi macuto y me senté en su escritorio. A pesar de mis mejores intenciones, mis ojos se dirigieron al anillo negro chamuscado.
Devi echó hacia atrás su pelo rubio rojizo y se encontró con mi mirada. — ¿Quieres la revancha? —Preguntó, curvando su boca. — Todavía puedo encargarme de ti, con o sin gram. Puedo Puedo encargarme de ti aun mientras estoy profundamente dormida.
—Admitiré estar curioso, — dije. —Pero debo atender de los negocios en lugar de eso.
—Muy bien, — dijo. — ¿Realmente me vas a pagar todo? ¿Finalmente has encontrado un mecenas?
Sacudí mi cabeza. — Sin embargo, he obtenido una notable oportunidad que acaba de surgir. La posibilidad de conseguir realmente un buen patrón. —Hice una pausa. — En Vintas.
Levantó una ceja. — Es un camino muy largo, — dijo enfáticamente. — Me alegra que te hayas detenido para liquidar tu deuda antes de hacer un viajecito al otro lado del mundo. Quién sabe cuándo volverás.
—Efectivamente, — dije. — Sin embargo. Me encuentro en un lugar singular, económicamente hablando.
Devi ya estaba agitando su cabeza antes de que terminara de hablar. Por supuesto que no. Ya estás en deuda conmigo por nueve talentos. No te estoy prestando más dinero el día que te marchas de la ciudad.
Levanté mis manos a la defensiva. —Tú no entiendes , —dije. Abrí mi bolsa y cayeron talentos y iotas sobre la mesa. El anillo de Denna cayó fuera también, y lo detuve antes de que pudiera rodar fuera del borde de la mesa.
Señalé al montón de monedas frente a mí, un poco más de trece talentos. —Éste es todo el dinero que tengo en el mundo entero, — dije. — Con esto debo llegar a Severen con bastante velocidad A miles de kilómetros con algunas de sobra. Eso representa el viaje en al menos una embarcación. Comida. Alojamiento. Dinero para carruajes o el uso de una nota postal. — A medida que enumeraba cada una de estas cosas, me deslizaba una cantidad adecuada de dinero de un lado del escritorio a otro. —Cuando finalmente llegue a Severen, necesitaré comprarme ropa que me permita moverme entre la corte sin parecer el músico andrajoso que soy. — Deslicé más monedas.
Señalé con el dedo las pocas monedas rezagadas que quedaron — Esto no me deja lo suficiente para liquidar mi deuda contigo. — Devi me miraba sobre sus dedos entrecruzados . — Ya veo, — dijo seriamente. — Debemos descubrir algún método alternativo para igualar tu deuda.
—Mi idea es esta, — dije. —Puedo irme dejando una garantía hasta mi regreso.
Sus ojos se movieron vacilantes a través de la forma estilizada, oscura del estuche de mi laúd.
— No mi laúd, — dije rápidamente. —Lo necesito.
— ¿Entonces qué?, — preguntó. — Siempre has dicho que no tienes garantía.
— Tengo algunas cosas, — dije, rebuscando en mi macuto y sacando a relucir un libro.
Los ojos de Devi se iluminaron. Luego ella leyó el dorso. — ¿Retorica y Lógica? — Ella hizo una mueca .
— Me siento igual, — dije. —Pero vale algo. Especialmente a mí. También… — alcancé con la mano el bolsillo de mi capa y saqué mi lámpara de mano. — Tengo esto. Una lámpara simpática de mi propio diseño. Tiene un haz focalizado y un interruptor de graduado.
Devi la recogió del escritorio, asintiendo para sí misma. — Recuerdo esto, — dijo. — Antes, dijiste que no podías dejarla debido a una promesa que le habías hecho a Kilvin. ¿Ha cambiado eso?
Le di una clara sonrisa que era dos tercios mentira. —Esa promesa es en realidad lo que hace a esa lámpara una perfecta pieza de garantía, — dije. —Si llevaras esta lámpara a Kilvin, tengo la confianza que el pagará una generosa suma sólo para retirarla de… —aclare mi garganta. — Manos indeseables.
Devi accionó el interruptor ociosamente con el pulgar, haciendo girar desde tenue hasta brillante y viceversa. — ¿Y me imagino que ésta sería una condición que requieres? ¿Qué la devuelva a Kilvin?
— Me conoces tan bien, — dije. — Es casi vergonzoso. —
Devi puso la lámpara en la mesa junto a mi libro y tomo una respiración lenta a través de la nariz. — Un libro que sólo es valioso para ti, — dijo. —Y una lámpara que sólo es valiosa para Kilvin. — Ella agitó su cabeza. —Esa no es una propuesta atractiva.
Sentí una punzada cuando llegue hasta mi hombro y desabroche mis caramillos y los deslicé sobre la mesa también. — Estos son de plata, — dije. —Y difíciles de obtener. Te permitirán entrar gratis al Eolio, también.
— Sé lo que son. — Devi los recogió y los observo con vista aguda. Entonces señaló con el dedo. —Tú tenías un anillo.
Me quedé paralizado. — Esto no es mío como para darlo.
Devi se echó a reír. —Está en tu bolsillo, ¿no es así? Ella chasqueó los dedos. —Vamos. Déjame ver.
Yo lo saqué de mi bolsillo, pero no se lo entregué. —Pasé por un montón de problemas por esto, — dije. — Es el anillo que Ambrose tomó de una amiga mía. Sólo estoy esperando devolvérselo.
Devi se sentó en silencio, con su mano extendida. Luego de un momento puse el anillo en su palma.
Ella lo sostuvo cerca de la lámpara y se inclinó hacia adelante, entrecerrando los ojos en su cara de duendecillo.
—Es una piedra bonita, — dijo con admiración.
— El ajuste es nuevo, — dije tristemente.
Devi puso el anillo cuidadosamente encima del libro junto a mi caramillo y la lámpara de mano. — He aquí el trato, — dijo. — Guardaré estos artículos como garantía en contra de tu deuda actual de nueve talentos. Esto tendrá una duración por el espacio de un año.
—Un año y un día, — dije.
Una sonrisa curvó la comisura de su boca. — Cuan de libro cuento en un cuento de hadas eres. Muy Bien. Esto retrasará tu deuda por un año y un día. Si no me has pagado al final de este tiempo, estos objetos se perderán, y nuestra deuda se borrará. Su sonrisa fue astuta . —Aunque puedo ser convencida de devolverlos a cambio de cierta información. Escuché la torre del campanario a la distancia y di un gran suspiro. No tenía mucho tiempo para negociar, puesto que ya era tarde para mi reunión con Threpe. —Muy bien, — Le dije, irritado. —Pero el anillo se mantendrá en un lugar seguro. No se puede utilizar a menos que incumpla el pago.
Devi frunció el ceño. —No…
—No me moveré respecto a este punto, — dije seriamente. — Pertenece a una amiga. Le es preciado. No tendría que verlo en la mano de otra persona. No después de todo lo que he hecho para conseguirlo de Ambrose.
Devi no dijo nada, su cara de duendecillo se inmovilizó en una expresión horrorosa. Puse mi propia expresión sombría y la miré a los ojos. Puedo hacer bien una expresión sombría cuando lo necesito.
Un largo momento de silencio se extendió entre nosotros.
—Bien, — dijo al fin.
Nos dimos la mano. —Un año y un día, — dije.

jueves, 25 de agosto de 2011

Capitulo 49

Holaaa a todos!!!, lo see soy terrible!!! yo se que todos (si claro.. todos.. xD) estaran diciendo,"suchan ya tenia listo el capitulo siguiente porque aqui en el blog asi dice y no lo subio ayer!" y sip, lo tenia ya y ayer no lo puse por un buenisimo motivo! (Naa.. la verdad es que me van a odiar cuando les diga >o<) Me prestaron dos libros que queria leer demaciado, demaciado, uno de ellos justo acaba de salir y es continuacion de otra trilogia que sigo, asi q egoistamente me olvide del mundo como suelo hacer cuando tengo libros en mis manos, disculpenme. Pero bueno ya aqui les dejo ya el capitulo (lo traduje yo esta vez) :)

Capítulo 49
El Edena ignorante

Vi a Elxa Dal levantar la mano en un saludo desde el otro lado del patio. "¡Kvothe!" Sonrió cálidamente. "¡Justo el tipo que estaba esperando a ver! ¿Puedo pedirte un minuto de tu tiempo?"
"Por supuesto", le dije. Aunque me agradaba el maestro Dal, no habíamos tenido juntos mucho contacto fuera de la sala de lecciones. "¿Puedo invitarle a una copa o un poco de almuerzo? He querido darle las gracias más adecuadamente por hablar de mi parte en el juicio, pero he estado muy ocupado. . . . "
"Así como yo", dijo Dal. "De hecho, he tenido la intención de hablar contigo durante varios días, pero el tiempo se aleja cada vez mas de mí." Miró a su alrededor. "No despreciaría un almuerzo, pero probablemente debería renunciar a la bebida. Tengo que supervisar admisiones en menos de una hora."
Entramos en el Ciervo Blanco. Apenas si había visto nunca el interior del lugar, ya que era demasiado rico para la gente como yo.
Elxa Dal era reconocible en su túnica oscura de maestro y el anfitrión lo aduló un poco mientras nos llevó a los dos a una mesa privada. Dal parecía perfectamente a sus anchas cuando se sentó, pero yo estaba cada vez más nervioso. No podía imaginar por qué el Maestro Simpatista me buscaría para una conversación.
"¿Qué puedo traerles?", Preguntó el hombre alto y delgado, tan pronto como estuvimos en nuestras sillas. "¿Bebidas? ¿Una selección de quesos? Tenemos también una trucha limonada que es maravillosa."
"La trucha y los quesos estarían muy bien", dijo Dal.
El anfitrión se dirigió a mí. "¿Y usted?"
"Voy a probar la trucha también," le dije.
"Maravilloso", dijo, frotándose las manos con anticipación. "¿Y de beber?"
"Sidra", le dije.
"¿Tiene usted algún Fallows rojo’", preguntó Dal vacilante.
"Sí", dijo el anfitrión. "Y es de un año encantador también, si me permite decirlo."
"Voy a tomar una copa", dijo Dal, mirándome "Una copa no debería alterar muy mal mi juicio."
El anfitrión se alejó, dejándome solo en la mesa con Elxa Dal. Se sentía extraño sentado en la mesa con él. Me moví nerviosamente en mi asiento.
"Entonces, ¿cómo van las cosas?", Preguntó Dal conversacional.
"Sumamente favorables", le dije. "Fue un buen término con la excepción de. . ." Hice un gesto hacia Imre.
Dal se rió sin humor. "Ese fue un encuentro con los viejos tiempos, ¿no?" Sacudió la cabeza. "Concertación con demonios. Buen señor."
El anfitrión regresó con las bebidas y se fue sin decir palabra.
El Maestro Dal tomó su ancho vaso de arcilla y la sostuvo en el aire. "A salud de no ser quemado vivo por gente supersticiosa", dijo.
Sonreí a pesar de mi desconcierto y alcé mi taza de madera. "Una fina tradición."
Los dos bebimos, Dal suspiró hacia el vino con admiración.
Dal me miró a través de la mesa. "Dime", dijo. "¿Alguna vez has considerado lo que vas a hacer contigo cuando termines aquí? Una vez que tengas el florín, quiero decir."
"No he pensado mucho en eso", admití honestamente. "Parece un largo camino por recorrer".
"Al ritmo que estas ascendiendo tal vez no sea tanto tiempo hasta eso. Ya eres un Re'lar a los. . . ¿Cuántos años tienes?"
"Diecisiete", mentí sin problemas. Yo era consciente de mi edad. Muchos estudiantes estaban cerca de los veinte antes de que se inscribieran en la Universidad y mucho menos que se unieran al Arcano.
"Diecisiete", reflexionó Dal suavemente. "Es muy fácil olvidarse de eso. Llevas un ritmo tan alto." Sus ojos se llenaron de una mirada lejana en ellos. "Señor y señora, yo era un desastre a los diecisiete años. Mis estudios, tratando de ordenar mi lugar en el mundo. Las mujeres. . ." Movió la cabeza lentamente. "Se pone mejor, ya sabes. Dale tres o cuatro años y todo lo se asienta un poco."
Levantó su vaso de barro brevemente antes de tomar otro trago. "No es que parezca que estas teniendo muchos problemas. Re'lar a los diecisiete años. Todo un signo de distinción."
Me sonrojé un poco, sin saber qué decir.
El anfitrión regresó y empezó a poner los platos sobre la mesa. Una pequeña placa con una serie de diferentes quesos rebanados. Un plato con trozos pequeños, tostadas de pan. Un plato de mermelada de fresa. Un plato de mermelada de arándanos. Un plato pequeño de nueces sin cáscara.
Dal tomó un pedazo de pan y un trozo de queso blanco desmoronado. "Eres todo un simpatista", dijo. "Hay una gran cantidad de oportunidades para una persona tan hábil como tú."
Unté un poco de fresa sobre de un trozo de queso y pan tostado, luego lo puse en mi boca para darme tiempo de pensar. ¿Dal estaba implicando que quería que me centrara más en mis estudios de la simpatía? Estaba dando a entender que quería promoverme a El'the?
Elodin había promovido mi asenso a Re'lar, pero yo sabía que estas cosas cambian. Los Maestros de vez en cuando se peleaban por estudiantes especialmente prometedores. Mola, por ejemplo, había sido un Secretaria antes de que Arwyl la robara para la Clínica.
"Disfruto bastante mis estudios de simpatía", le dije con cuidado.
"Eso esta muy claro", dijo Dal con una sonrisa. "Algunos de sus compañeros desean que lo disfrutes un poco menos, te lo aseguro." Comió otro pedazo de queso y luego continuó: "Dicho esto, es posible que exageres. ¿No decía Teccam ‘Demasiado estudio daña a los estudiantes’?"
"Ertram el más sabio, en realidad." Dije. Había estado en uno de los libros que el Maestro Lorren había reservado para que los Re'lar estudiáramos este bimestre.
"Es cierto, en todo caso", dijo. "Es posible que desees considerar tomarte un bimestre libre para relajarte un poco. Viajar un poco, tomar el sol." Él tomó otro trago. "No es bueno ver a uno de los Edena Ruh sin un bronceado".
Yo no sabía qué contestar a eso. La idea de tomarme unas vacaciones de la Universidad nunca se me había ocurrido. ¿A dónde es que posiblemente podría ir?
El anfitrión llegó con platos de pescado al vapor, y con olor a limón y mantequilla. Durante un tiempo los dos nos concentramos en los alimentos. Me alegré de una excusa para no hablar. ¿Por qué Dal me felicitaba por mis estudios y luego me alentaba a que me fuera?
Después de un tiempo Elxa Dal dio un suspiro de satisfacción y echó hacia atrás el plato. "Déjame que te cuente una pequeña historia", dijo. "Una historia que me gusta llamar" El Edena ignorante”.
Levante la vista ante esto, masticando poco a poco con mi boca llena de pescado. Mantuve mi expresión cuidadosamente compuesta.
Él arqueó una ceja, como si estuviera esperando a ver si tenía algo que decir.
Cuando no lo hice, continuó. "Había una vez un completo arcanista. Él sabía todo de simpatía, sigaldria y la alquimia. Tenía diez docenas de nombres colocados cuidadosamente en la cabeza, hablaba ocho idiomas y tenía una caligrafía ejemplar. En realidad, lo único que le impidió ser un maestro era el momento oportuno y una cierta falta de gracia social."
Dal tomó un sorbo de vino. "Así que este hombre fue a perseguir el viento por un tiempo, con la esperanza de encontrar su fortuna en el mundo. Y mientras él estaba en el camino hacia Tinuë, llegó a un lago que necesitaba cruzar."
Dal sonrió ampliamente. "Por suerte, había un barquero Edena que se ofreció a llevarlo al otro lado. El arcanista, viendo que el viaje duraría varias horas, trató de iniciar una conversación.
" '¿Qué piensas’, le preguntó al barquero, ‘acerca de la teoría de Teccam de la energía como una sustancia elemental en lugar de una propiedad material?’
"El barquero respondió que nunca había pensado en eso del todo. Lo que es más, que no tenía planes de hacerlo.
" ‘Sin duda, tu educación incluye la Teofanía de Teccam', le preguntó el arcanista.
"'Nunca he tenido la que podríamos llamar una educación, sabrá aste", dijo el barquero. "Y no sabría de este Teccam suyo ni si se presentara vendiéndole agujas a mi mujer.
"Curioso, el arcanista le hizo algunas preguntas y el Edena admitió que no sabía quién era Feltemi Reis, o lo que hizo un gearwin. El arcanista continuó durante una hora larga, primero por curiosidad, luego con desaliento. El colmo llegó cuando descubrió que el barquero ni siquiera sabía leer ni escribir.
" ‘De veras, señor,’ dijo el arcanista, horrorizado. "Es el trabajo de cada uno mejorarse a sí mismo. Un hombre sin los beneficios de la educación no es más que un animal.’ "
Dal sonrió. "Bueno, como se puede adivinar, la conversación no avanzó mucho después de eso. Navegaron durante la hora siguiente en un tenso silencio, pero al igual que la otra orilla se acercaba, a la vista se levantó una tormenta. Las olas empezaron a azotar la pequeña embarcación, haciendo crujir y gemir la madera.
"El Edena echo una mirada a las nubes y dijo: ‘Va a estar verdaderamente mal en cinco minutos, luego algo más peor antes de que aclare. Este barco mío no se mantendrá unido en medio de todo. A’mos a tener que nadar lo poco que falta. "Y con esto el barquero se quitó la camisa y comenzó a atársela a la cintura.
"Pero yo no sé nadar", dijo el arcanista."
Dal bebió lo último de su vino, volvió el vaso boca abajo, y lo dejo con firmeza en la mesa. Hubo un momento de silencio expectante mientras me miraba con una expresión vagamente satisfecha de sí mismo en su rostro.
"No es una mala historia", admití. "El acento del Ruh fue pasarse un poco."
Dal se dobló por la cintura con una rápida reverencia burlona. "Voy a tomarlo en consideración", dijo, luego levantó un dedo y me dio una mirada de complicidad. "No sólo está diseñada mi historia para deleitar y entretener, sino hay un núcleo de verdad oculta, donde sólo los más inteligentes estudiantes podrían encontrarla." Su expresión se volvió un misterio. "Toda la verdad del mundo esta oculta en las historias, ya sabes."

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Más tarde esa noche, le conté el encuentro a mis amigos mientras jugábamos cartas en Anker’s.
"Te está dando una pista, lento", dijo Manet irritado. Las cartas habían estado en contra de nosotros toda la noche y estábamos cinco manos por detrás. "Sólo te niegas a escuchar."
"¿Está dando a entender que debo dejar de estudiar simpatía por un bimestre?" Le pregunté.
"No", replicó Manet. "Él está diciendo lo que te he dicho ya dos veces. Eres el más grande rey de los idiotas si pasas por admisiones este bimestre".
"¿Qué?", Le pregunté. "¿Por qué?"
Manet junto sus cartas con profunda calma. "Kvothe. Eres un chico inteligente, pero tienes un mundo de problemas para escuchar cosas que no quieres oír." Miró a la izquierda y luego a la derecha a Wilem y Simmon. "¿Pueden intentar decirle?"
"Deja fuera un bimestre," dijo Wilem sin levantar la vista de sus cartas. Luego agregó: "Lento".
"Realmente tienes que", dijo Sim con seriedad. "Todo el mundo sigue hablando sobre el juicio. Es de lo único que se está hablando."
"¿El juicio?" Me reí. "Eso fue hace más de un ciclo. Están ustedes hablando de cómo se me encontró completamente inocente. Exonerado ante los ojos de la ley de hierro y el mismo Tehlu misericordioso."
Manet resopló con fuerza, lanzando sus cartas. "Hubiera sido mejor si hubieras sido culpable de una manera tranquila, en lugar de ser inocente tan ruidosamente." Él me miró. "¿Sabes cuánto tiempo ha pasado desde un arcanista fue llevado bajo la acusación de Concertación?"
"No," admití.
"Yo tampoco", dijo. "Lo que significa que ha pasado un tiempo largo, largo. Eres inocente. Encantador para ti. Pero el juicio ha dado a la Universidad un gran y brillante ojo negro. Esto le recuerda a la gente que, si bien es posible que tu no merecieses ser quemado, algunos arcanistas podrían". Sacudió la cabeza. "Puedes estar seguro de que los maestros están uniformemente enojados como un gato húmedo por eso."
"Algunos estudiantes no están muy contentos tampoco", agregó Wil oscuramente.
"¡No es mi culpa que hubiera un juicio!", Protesté, luego retrocedí un poco. "No del todo. Ambrose agitó esto. Estaba detrás del escenario durante toda la cosa, riéndose bajo la manga".
"Aun así", dijo Wil. "Ambrose es lo suficientemente sensato para evitar las admiciones de este bimestre."
"¿Qué?", Pregunté, sorprendido. "¿Él no va a pasar través de admisiones?"
"No lo hara", dijo Wilem. "Él se fue para su casa hace dos días."
"Pero no había nada que lo conectara con el juicio", le dije. "¿Por qué se fue?"
"Debido a que los maestros no son idiotas", dijo Manet. "Los dos han estado mordiéndose el uno al otro como perros rabiosos desde que se conocieron por primera vez." Él tocó sus labios, pensativo, con una expresión llena de inocencia exagerada. "Oye, lo que me recuerda. ¿Que estaban haciendo en el Pony de Oro la noche en que la habitación de Ambrose se prendió fuego?"
"Jugar a las cartas", le dije.
"Por supuesto que estaban", dijo Manet, su tono de voz con un grueso sarcasmo. "Ustedes dos se han estado lanzando piedras el uno al otro durante un año completo y una de estas finalmente ha golpeado el avispero. Lo único sensato es correr a una distancia segura y esperar hasta que el zumbido se detenga."
Simmon se aclaró la garganta con timidez. "Odio tener que unirme al coro", dijo en tono de disculpa. "Pero han llegado rumores en torno a ti de que te vieron almorzando con Sleat." Él hizo una mueca. "Y Fela me dijo que había oído que estabas. . . um. . . cortejando a Devi ".
"Sabes que no es cierto acerca de Devi," le dije. "He estado visitándola con el fin de mantener la paz. Ella estuvo a la mitad de una pulgada de distancia de querer comerse mi hígado durante un tiempo. Y yo sólo tuve una conversación con Sleat. Fue de una duración de apenas quince minutos."
"¿Devi?" exclamó Manet con desaliento. "¿Devi y Sleat? ¿Uno expulsado y el otro la segunda mejor opción?" Él tiró sus cartas. "¿Por qué te ves con esa gente? ¿Por qué incluso me dejo ver contigo?"
"Oh, ¡vamos!" Miré de ida y vuelta entre Wil y Sim. "¿Es tan malo?"
Wilem dejó su tarjeta. "Mi predicción es," dijo con calma, "que si vas a través de admisiones, recibirás una matrícula de al menos treinta y cinco talentos." Miró de ida y vuelta entre Sim y Manet. "Yo apuesto una marca de oro completa para con esto. ¿Le importa a alguien a tomar mi apuesta?"
Ninguno de ellos tomo su oferta.
Sentía un hundimiento desesperado en mi estómago. "Pero esto no puede..." dije. "Este. . ."
Sim puso sus cartas boca abajo también, con una expresión sombría fuera de lugar en su cara amable. "Kvothe", dijo formalmente. "Te lo estoy diciendo tres veces. Deja fuera un bimestre."

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Con el tiempo me di cuenta de mis amigos me estaban diciendo la verdad. Desafortunadamente, esto me dejó totalmente a cabos sueltos. No tenía exámenes para los que estudiar y comenzar con otro proyecto en la Factoria no sería más que una tontería. Incluso la idea de buscar en el Archivo información sobre los Chandrian o Amyr tenía poco atractivo. Había buscado por tanto tiempo y encontrado tan poco.
Jugué con la idea de buscar en otra parte. Hay otras bibliotecas, por supuesto. Cada casa noble tiene al menos una modesta colección que contiene las cuentas de los hogares y las historias de sus tierras y su familia. La mayoría de las iglesias tienen registros extensos que se remontan a cientos de años, detallando juicios, matrimonios y disposiciones. Lo mismo puede decirse de cualquier ciudad de tamaño considerable. Los Amyr no podrían haber destruido todo vestigio de su existencia.
La investigación en sí misma no sería la parte más difícil. Lo difícil sería tener acceso a las bibliotecas en el primer lugar. Difícilmente podía aparecer en Renere vestido con harapos y polvo del camino, pidiendo hojear los archivos del palacio.
Este era otro caso en que un mecenas habría sido invaluable. Un mecenas podía escribir una carta de presentación que abriera todo tipo de puertas. Es más, con el apoyo de un mecenas, podría tener una vida digna mientras viajaba. Muchos pueblos pequeños ni siquiera te permiten tocar en la posada local sin una orden de patrocinio.
La Universidad había sido el centro de mi vida durante un sólido año. Ahora, ante la necesidad de dejarla, estaba completamente a la deriva, sin tener ni idea de lo que podía hacer conmigo mismo.

martes, 23 de agosto de 2011

Capitulo 48

Holaaa! bueno hubo una pequeña confucion con este capitulo, al final resulto que Laura Arrias no me lo habia pedido, entonces me quede yo toda confundida sobre porque se lo anote en el blog, busque en mi correo y veo q me lo pidio otra chica llamada tambien Laura (que ya no lo entrego) y buenoo, le mande un correo a Laura Arrias preguntandole por el capitulo pero obiamente no sabia nada, aun asi me dijo que ella se encargaba de el, asi que bueno espero les guste y muchas gracias a Laura Arrias :)

Capítulo 48
Una Ausencia Significativa

Pasé por el sorteo de admisiones y fui lo suficientemente suertudo en sacar una hora tardía. Me alegré por el tiempo extra, ya que mi juicio me había dejado pocas oportunidades para estudiar para mis exámenes.
Sin embargo, yo no estaba muy preocupado. Tenía tiempo para estudiar y el libre acceso a los Archivos. Es más, por primera vez desde que había llegado a la Universidad, yo no era un indigente. Tenía trece talentos en mi bolso. Incluso después de que le pague a Devi el interés de su préstamo, fácilmente tuve lo suficiente para la pagar la matrícula.
Lo mejor de todo, las largas horas que pase en busca de un gram me habían enseñado mucho acerca del Archivo. Aunque yo no podría saber tanto como un experimentado secretario, estaba familiarizado con muchos de sus escondidos rincones y silenciosos secretos. Así que mientras estudiaba, también me permití la libertad de leer otras cosas mientras me preparaba para las admisiones.

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Cerré el libro que había estado estudiando detenidamente. Una exhaustiva y bien escrita historia de la iglesia de Atur. Era tan inútil como el resto.
Wilem miró hacia arriba cuando cerré el libro de golpeó. “¿Nada?” me preguntó.
"Menos que nada", le dije.
Los dos estábamos estudiando en uno de los rincones de lectura del cuarto piso, mucho más pequeño que nuestro lugar habitual en el tercer piso, pero dado lo cerca que estábamos de las admisiones, habíamos tenido suerte en encontrar una habitación privada del todo.
"¿Por qué no lo dejas ya?" sugirió Wil. “Has estado azotando esto de los Amyr como a un caballo muerto ¿Por cuánto tiempo ya?, ¿Dos ciclos?"
Asentí, sin querer admitir que mi búsqueda sobre los Amyr en realidad había comenzado mucho antes de que nuestra apuesta nos hubiera llevado a Títere.
“¿Y qué has encontrado hasta ahora?"
“Estantes de libros” dije. “Decenas de historias. Menciones en un centenar de historias."
Él me dirigió una mirada juiciosa. "Y esta riqueza de información te irrita."
"No," dije. "La falta de información me molesta. No hay ninguna información sólida sobre los Amyr en cualquiera de estos libros."
"¿Ninguna?" Wilem dijo con escepticismo.
"Oh, cada historiador en los últimos trescientos años habla sobre ellos", le dije. "Ellos especulan sobre cómo los Amyr influyeron en la decadencia del imperio. Los Filósofos hablan sobre las consecuencias éticas de sus actos." Señale hacia los libros. "Eso me dice lo qué la gente piensa acerca de la Amyr. No me dice nada acerca de los mismos Amyr".
Wilem frunció el seño hacia mi pila de libros. "No todo puede ser historiadores y filósofos."
"También hay historias”, le dije. "En el principio hay historias acerca de las grandes injusticias que enmendaron. Luego encuentras historias sobre las cosas terribles que hicieron. Un Amyr en Renere mata a un juez corrupto. Otro en Junpui acaba con una sublevación de campesinos. Un tercero en Melithi envenena a la mitad de la nobleza de la ciudad.”
"¿Y eso no es información sólida?" Wilem preguntó.
"Son historias suaves ", le dije. "De segunda o tercera mano. Tres cuartas partes de ellas son simples rumores. No puedo encontrar pruebas que los corroboren a ellos en ningún lugar. ¿Por qué no puedo encontrar ninguna mención sobre el juez corrupto en los registros de la iglesia? Su nombre debería de estar registrado en todos los casos que juzgo. ¿Cuál fue la fecha de este alzamiento campesino, y por qué no puedo encontrarlo citado en ninguna de las otras historias? "
“Eso fue hace trescientos años", dijo Wilem con tono de reproche. "No puedes esperar que todos esos pequeños detalles sobrevivan todos esos años.”
“Espero que algunos de esos pequeños detalles sobrevivan. Ya sabes lo obsesivo que son los Tehlinos en cuanto a sus registros", le dije. "Tenemos mil años de documentos de la corte real de un centenar de ciudades diferentes guardados abajo en el segundo piso subterraneo. Salas enteras llenas..."

Agite mis manos con desdén. "Pero, está bien, abandonemos los pequeños detalles. Hay enormes preguntas de las cuales no puedo encontrar ninguna respuesta. ¿Cuándo fue fundada la Orden Amyr? ¿Cuántos Amyr estaban allí? ¿Quién les pagaba y cuánto les pagaban? ¿De dónde provenía ese dinero? ¿Dónde entrenaban ellos? ¿Cómo llegaron a ser parte de la iglesia Tehlina?"
"Feltemi Reis respondió a eso", dijo Wilem. "Ellos surgieron de la tradición de los jueces mendicantes".
Cogí un libro al azar y lo arroje sobre la mesa que estaba en frente de él. "Encuéntrame una sola pequeña prueba que respalde a esa teoría. Encuéntrame un registro que muestre a un juez mendicante siendo promovido a las filas de los Amyr. Muéstrame un registro de un Amyr siendo empleado por una corte. Encuéntrame un documento de la Iglesia que muestre a un Amyr presidiendo un caso. Me crucé los brazos delante de mi beligerante pecho. "Adelante, esperare."
Wilem ignoró el libro. "Tal vez no habían tantos Amyr como la gente supone. Quizás sólo habían unos pocos de ellos y su reputación se salió fuera de control." Él me dio una mirada mordaz. "Deberías entender cómo funciona eso."
"No," dije. "Esta es una ausencia significativa. A veces al no encontrar nada se puede encontrar algo."
"Estás empezando a sonar como Elodin", dijo Wilem.
Le fruncí el ceño pero decidí no morder el anzuelo. "No, escucha por un minuto. ¿Por qué habría tan poca información factual sobre los Amyr? Sólo hay tres posibilidades."
Levanté los dedos para ir descartándolos. “Uno: Nada fue escrito. Creo que podemos descartar eso con toda seguridad. Ellos eran demasiado importantes como para ser completamente omitidos por los historiadores, los clérigos y la documentación obsesiva de la iglesia" baje el primer dedo.
"Dos. Por una extraña casualidad, las copias de los libros que si tienen esta información simplemente nunca han llegado aquí al Archivo. Pero eso es ridículo. Es imposible pensar que durante todos estos años nada sobre este tema ha terminado en la biblioteca más grande del mundo". Doblé el segundo dedo.
"Tres". Señale con el dedo restante. "Alguien ha borrado esta información, alterado o destruido."
Wilem frunció el ceño. "¿Quién haría eso?"
"En efecto ¿Quién?" Le dije, "¿Quién se beneficiaría más de la destrucción de la información sobre los Amyr?" Dudé, dejando que la tensión creciera. "¿Quién mas sino los mismos Amyr?"
Yo había esperado que el rechazara mi idea, pero no lo hizo. "Una reflexión interesante", dijo Wilem. "¿Pero por qué asumir que los Amyr están detrás de esto? Es mucho más sensato pensar que la iglesia misma es la responsable. Ciertamente, a los Tehlinos nada les gustaría más que borrar silenciosamente las atrocidades de los Amyr."
"Es cierto," admití. "Pero la iglesia no es muy fuerte aquí en la Mancomunidad. Y estos libros vienen de todas partes del mundo. Un historiador ceáldico no tendría ningún reparo en escribir una historia de los Amyr".
“Un historiador ceáldico tendría muy poco interés en escribir la historia de una rama herética de una iglesia pagana ", señaló Wilem. “Además, ¿Cómo pudo un desacreditado puñado de Amyr hacer algo que la misma iglesia no pudo lograr? "
Me incliné hacia delante. "Creo que los Amyr son mucho más antiguos que la iglesia Tehlina", le dije. "Durante la época del Imperio de Atur, una gran parte de su fuerza pública estaba con la iglesia, pero ellos fueron más que solo un grupo de justicieros errantes.”
“¿Y qué te conduce a esta creencia?" dijo Wil. Por su expresión pude darme cuenta que estaba perdiendo el apoyo de Wilem en vez de ganarlo.
Una pieza de cerámica antigua, pensé. Una historia que escuché de un hombre viejo en Tarbean. Lo sé por algo que se les escapo a los Chandrian después de que asesinaron a todos los que conocía.
Suspiré y sacudí la cabeza, sabiendo lo loco que sonaría si decía la verdad. Fue por eso que busque por todo el Archivo. Necesitaba algo de evidencia tangible para respaldar mi teoría, algo que no me convirtiera en un haz me reír.
Encontré copias de los documentos de la corte de la época en que los Amyr fueron denunciados", dije. “¿Sabias a cuántos Amyr sometieron ellos a juicio en Tarbean?"
Wil se encogió de hombros.
Levante un solo dedo. "Uno. Un solo Amyr en todo Tarbean. Y el clérigo que escribía la transcripción del juicio dejó claro que el hombre que ellos sometieron a juicio era un simplón que no entendía lo que estaba pasando."
Todavía vi duda en el rostro de Wilem. "Sólo piénsalo," le rogué. "Los recortes que encontré sugieren que habían por lo menos tres mil Amyr en el imperio antes de que se disolvieran. Tres mil altamente entrenados, armados hasta los dientes, hombres y mujeres adinerados absolutamente devotos al bien mayor.
“Entonces un día la iglesia los denuncia, disuelve toda la orden y confisca sus bienes." Chasqué mis dedos. "¿Y tres mil mortales, fanáticos obsesionados con la justicia simplemente desaparecen? ¿Ellos se dan la vuelta y deciden dejar que alguien más se ocupe del bien mayor por un tiempo? ¿Sin protestar? ¿Sin resistirse? ¿Nada?"
Le mostré una mirada severa y negué con la cabeza con firmeza. "No, eso va en contra de la naturaleza humana. Además, no he encontrado ningún registro de un miembro de los Amyr siendo llevado ante la justicia de la iglesia. Ni uno solo. ¿Es tan escandaloso pensar que ellos podrían haber decidido pasar a la clandestinidad, para continuar su trabajo en una manera más secreta?
"Y si eso es razonable," continué antes de que él pudiera interrumpir. "Además, ¿No tendría sentido que ellos podrían tratar de preservar su clandestinidad al depurar cuidadosamente las historias en los últimos trescientos años?"
Hubo una larga pausa
Wilem no lo descarto de mano. "Una teoría interesante," dijo lentamente. "Pero eso me lleva a una última pregunta." Me miró seriamente "¿Has estado bebiendo?"
Me desplomé en mi silla. "No."
Él se puso de pie. "Entonces deberías comenzar. Has pasado mucho tiempo con todos estos libros. Necesitas quitar el polvo de tu cerebro."
Así que nos fuimos a beber, pero yo todavía albergaba mis sospechas. Le comente la idea a Simmon en cuando tuve la oportunidad. Él lo aceptó con más facilidad que Wilem. Lo cual no quiere decir que me creyó, solo que aceptó la posibilidad. Me dijo que debería mencionárselo a Lorren.
No lo hice. El rostro inexpresivo del Maestro Archivero aún me ponía nervioso, y yo lo evitaba en cada oportunidad por temor a que podría darle alguna excusa para vetarme del Archivo. Lo último que quería hacer era sugerir que su precioso Archivo había sido lentamente depurado en los últimos trescientos años.

viernes, 19 de agosto de 2011

Capitulo 47

Hola a todos! pues veran tenemos ya unos buenos capitulos asignados pero casi todos resientemente asi que bueno no estaremos al ritmo que llevabamos por ahora pero bueno yo confio en que seguira aumentando el numero de traductores :) Okay emmm en el capitulo pasado estuvieron buenos los comentarios! xDD
okay disfruten y comenten mucho, ya saben todo sobre como va la historia aqui por que en el facebook le hariamos spoiler a los que no an leido :)

Capitulo 47
Interludio - Los versos de cáñamo

Cronista sonrió cuando se dirigió a la barra. "Eso fue una sólida hora de trabajo", dijo con orgullo mientras tomaba asiento. "¿No creo que quede algo en la cocina para mí?"
"¿O algo del pastel que menciono Eli?", Preguntó Jake esperanzadamente.
"Quiero pastel también", dijo Bast, sentado al lado de Jake, sirviéndose un trago él mismo.
El posadero sonrió, limpiándose las manos en el delantal. "Creo que podría haber recordado apartar uno, en caso de que ustedes tres llegaran más tarde que el resto."
El viejo Cob se frotó las manos. "No puedo recordar la última vez que probé pastel de manzana caliente", dijo.
El posadero volvió a entrar en la cocina. Se sacó el pastel del horno, lo partió y repartió con esmero las piezas en los platos. En el momento en que los llevó hacia la taberna pudo oír que se alzaban las voces en la otra habitación.
"Fue también un demonio, Jake," decía enojado el viejo Cob. "Te lo dije anoche y te lo diré de nuevo un centenar de veces más. No soy de los que cambian de opinión como otra gente cambia de calcetines." Él levantó un dedo. "Él llamó a un demonio y este mordió a ese tipo y succiono su fuerza como a una ciruela. Lo he oído de un chico que conocio a una mujer que lo vio por sí misma. Es el por qué los guardias y los comisarios se acercaron y lo arrastraron. Entrometerse con las fuerzas oscuras es contra la mayor ley de Amary."
"Yo sigo diciendo que la gente pensó que era un demonio", insistió Jake. "Ya sabes cómo es la gente."
"Sé cómo es la gente". Frunció el ceño el viejo Cob. "He vivido más que tú, Jacob. Y sé mi propia historia también."
Hubo un largo momento de silencio tenso en el bar antes de Jake desviara la mirada. "Sólo estaba diciendo," murmuró.
El posadero deslizó un tazón de sopa hacia Cronista. "¿De qué va esta vez?"
El escribano le dio al posadero una mirada astuta. "Cob nos dice sobre el juicio de Kvothe en Imre", dijo con una pizca de arrogancia en su voz. "¿No te acuerdas? Él comenzó la historia la noche anterior, pero sólo llegó hasta la mitad.”
"¡A ver!." Cob miró alrededor, como si desafiara a que lo interrumpieran. "Fue una situación difícil. Kvothe sabía que si era encontrado culpable le habrían encadenado y colgado. "Cob hizo un gesto a uno de los lados de su cuello como si estuviera sosteniendo una soga, inclinando la cabeza hacia un lado.
"Pero Kvothe había leído muchos libros cuando estaba en la universidad y sabía un truco." El viejo Cob se detuvo a tomar un bocado de pastel y cerró los ojos por un momento mientras masticaba. "Oh, señor y señora," dijo para sí mismo. "Eso es un pastel bien hecho. Juro que es mejor que el que mi mamá solía hacer. Ella siempre escatimaba con el azúcar. "Tomó otro bocado, una expresión feliz se extendió sobre su curtido rostro.
"¿Así que Kvothe sabía un truco?" Solicitó Cronista.
"¿Qué? Oh." Cob pareció acordarse. "De acuerdo. Verás, hay dos líneas en el Libro del Camino y si las puedes leer en voz alta en el Tema antiguo que solo los sacerdotes conocen, la ley de hierro dice que te tratarán como a un sacerdote. Esto significa que un juez de la Mancomunidad no puede hacer contra ti una maldita cosa. Si lees esas líneas, tu caso tiene que ser decidido por los tribunales eclesiásticos."
El viejo Cob dio otro bocado de pastel y lo masticó despacio antes de tragar. "Esas dos líneas se llaman los versos de cáñamo, ya que si los conoces, puedes evitar que te cuelguen. Los tribunales eclesiásticos, no pueden colgar a un hombre, ya ves."
"¿Cuáles son las líneas?", preguntó Bast.
"Realmente me gustaría saber ", dijo el viejo Cob tristemente. "Pero yo no hablo Tema. El mismo Kvothe no lo conocía. Pero memorizo el versículo justo a tiempo. Entonces fingió leerlo y la Corte de la Mancomunidad tuvo que dejarlo ir.
"Kvothe sabía que tenía dos días hasta que un juez Tehlino pudiera recorrer todo el camino hasta a Amary. Así que se dedicó a aprender Tema. Leía libros y practicó durante todo un día y una noche entera. Y él era tan poderosamente inteligente que al final de su estudio podía hablar Tema mejor que mucha gente que ha estado haciéndolo toda su vida.
"Entonces, en el segundo día antes de que el juez se presentara, Kvothe mezcló una poción. Estaba hecha de miel, una piedra especial que se encuentra en el cerebro de una serpiente y una planta que sólo crece en el fondo del mar. Cuando se tomó la poción, esta hizo que tuviera una voz tan dulce que cualquiera que lo escuchara, no podía dejar de estar de acuerdo con todo lo que dijera.
"Así que cuando el juez finalmente apareció, todo el proceso sólo tardó quince minutos", dijo Cob, riéndose entre dientes. "Kvothe dio un buen discurso en perfecto Tema, todos estaban de acuerdo con él y todos se fueron a casa."
"Y vivió feliz para siempre", dijo suavemente el pelirrojo desde detrás de la barra.

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Las cosas estaban tranquilas en el bar. Fuera el aire era seco y caluroso, lleno de polvo y el olor de la paja. La luz del sol era fuerte y brillante como una barra de oro.
Dentro de la Roca de Guía estaba oscuro y fresco. Los hombres habían terminado los últimos lentos bocados de su pastel y todavía había un poco de cerveza en sus tazas. Así que se sentaron durante un rato largo, desgarbadamente en la barra con el aire de culpabilidad de hombres demasiado orgullosos para ser debidamente perezosos.
"Nunca me he interesado mucho por las historias de Kvothe", dijo de manera casual el posadero mientras recogía los platos de todos.
El viejo Cob levantó la vista de su cerveza. "¿En serio?"
El tabernero se encogió de hombros. "Si quiero escuchar una historia de magia, me gustaría que tenga un verdadero hechicero en ella. Alguien como Táborlin el Grande, o Serapha, o El Cronista".
Al final de la barra, el escriba no se ahogó o sobresaltó. Sin embargo, hizo una pausa de medio segundo, antes de bajar la cuchara de nuevo a su segundo plato de sopa.
La habitación quedó cómodamente tranquila de nuevo mientras el posadero recogía el último de los platos vacíos y se volvía hacia la cocina. Pero antes de que pudiera atravesar la puerta, Graham habló. "¿El Cronista?", Dijo. "No he oído hablar de él."
El posadero se volvió, sorprendido. "¿No?"
Graham negó con la cabeza.
"Estoy seguro de que has oído", dijo el posadero. "Él lleva con él un gran libro y lo que él escribe en ese libro se convierte en realidad." Miró a todos ellos expectante. Jake también negó con la cabeza.
El posadero se volvió hacia el escriba en el extremo de la barra, quien mantenía su atención en la comida. "Tú has oído hablar de él, estoy seguro", dijo Kote. "Lo llaman el Señor de las Historias y si se entera uno de tus secretos puede escribir lo que quiera sobre ti en su libro." Miró al escriba. "¿No has oído hablar de él?"
Cronista bajó los ojos y sacudió la cabeza. Metió la corteza del pan en la sopa y se lo comió sin decir nada.
El posadero se mostró sorprendido. "Cuando yo era niño, me gustaba más el cronista que Táborlin o cualquiera de los demás. Tiene un poco de sangre Faerie y esto lo hizo más perspicaz que un hombre normal. Él puede ver a cientos de kilómetros en un día nublado y escuchar un susurro a través de una gruesa puerta de roble. Puede rastrear un ratón a través de un bosque en una noche sin luna."
"He oído hablar de él", dijo Bast con impaciencia. "Su espada se llama Haz, y la hoja está hecha de una sola hoja de papel. Es ligera como una pluma, pero afilada, de modo que si te corta, ves la sangre antes de incluso sentirlo."
El posadero asintió con la cabeza. "Y si se entera de tu nombre, puede escribirlo en la hoja de la espada y la utilizarla para matarte a miles de kilómetros de distancia."
"Pero tiene que escribirlo con su propia sangre", agregó Bast. "Y sólo hay determinado espacio en la espada. Él ya ha escrito diecisiete nombres en ella, así que no hay mucho restante."
"Solía ser un miembro de la corte del gran rey en Modeg", dijo Kote. "Pero él se enamoró de la hija del gran rey."
Graham y el viejo Cob estaban asintiendo en ese momento. Ese era territorio familiar.
Kote continuó: "Cuando cronista la pidió en matrimonio, el gran rey se enfureció. Así que le dio a Cronista una tarea para demostrar que era digno. . .” El posadero hizo una pausa dramática. "Cronista sólo puede casarse con ella si encuentra algo más precioso que la princesa y se lo lleva al gran rey."
Graham hizo un ruido. "Ese es una cabronada de tarea. ¿Qué es lo que va a hacer el hombre? No puede llevarle algo y decir: 'Aquí, esto vale más que su pequeña niña. . . . "
El posadero asintió gravemente. "Por lo tanto cronista recorre el mundo en busca de antiguos tesoros y magia antigua, con la esperanza de encontrar algo que pueda llevar de vuelta al rey."
"¿Por qué no solo escribe sobre el rey en su libro mágico?", preguntó Jake. "¿Por qué no escribe, ’Y entonces el rey dejó de ser un hijo de puta y ya nos dejó casarnos.’ "
"Debido a que el no conoce ninguno de los secretos del rey", explicó el posadero. "Y el gran rey de Modeg sabe algo de magia y puede protegerse a sí mismo. Lo más importante es que conoce las debilidades de Cronista. Él sabe que si engañas Cronista haciéndole beber tinta, él tiene que hacer los próximos tres favores que le pidas. Y lo más importante, sabe que cronista no puede controlarte si tienes tu nombre oculto en algún lugar seguro. El nombre del gran rey está escrito en un libro de vidrio, escondido en una caja de cobre. Y que la caja está encerrada en un cofre de hierro grande que nadie puede tocar."
Hubo un pausa de un momento mientras todo el mundo consideraba esto. Luego el viejo Cob comenzó a asentir con la cabeza, pensativo. "Esto último me hizo cosquillas en la memoria", dijo lentamente. "Me parece recordar una historia de este tipo Cronista que va a buscar una fruta mágica. Quien sea que coma la fruta de repente sabrá los nombres de todas las cosas y tendrá poderes como Táborlin el Grande."
El posadero se frotó la barbilla, asintiendo con la cabeza lentamente. "Creo que escuche esa tambien” dijo. "Pero fue hace mucho tiempo, y no puedo decir que recuerde todos los detalles…"
"Ah, bueno", dijo el viejo Cob mientras bebía lo último de su cerveza y dejaba en la mesa la taza. "Nada de qué avergonzarse Kote. Algunas gentes son buenas para recordar y otras no. Tú haces un delicioso pastel, pero todos sabemos quién es el narrador de historias por aquí."
El viejo Cob se movió rígidamente al bajar de su taburete y le indicó a Graham y Jake. "Vamos, pues, podemos caminar juntos hasta donde Byres. Les contare a ustedes dos todo sobre esto. Ahora bien, éste Cronista, es alto y pálido, delgado como un palo, con el pelo tan negro como la tinta—"
La puerta de la posada Roca de Guía se cerró con un golpe.
"¿Qué demonios fue eso?" Exigió Cronista.
Kvothe miró de reojo a Cronista. Sonrió con una sonrisa pequeña y afilada. "¿Cómo se siente?" preguntó, "¿saber que la gente está contando historias acerca de ti?"
"¡Ellos no están contando historias sobre mí!", Dijo el cronista. "Son un montón de tonterías."
"No son tonterías", dijo Kvothe, que parecía un poco ofendido. "Puede que no sean ciertas, pero eso no quiere decir que sean tonterías." Miró a Bast. "¡Me gustó la espada de papel!"
Bast irradio alegría. "La tarea del rey fue un buen toque, Reshi. Aunque lo de la sangre Faerie no sé."
"Sangre de demonio hubiera sido demasiado siniestro", dijo Kvothe. "Necesitaba un giro".
"Al menos no tendré que escuchar lo que dicen", dijo Cronista de mal humor, empujando un poco de papa con la cuchara.
Kvothe miró hacia arriba y luego se rió oscuramente entre dientes. "¿No entiendes verdad? ¿Una historia fresca como esa, en un día de la cosecha? Van a estar con ella como un niño con juguete nuevo. El viejo Cob hablará de Cronista con una docena de personas mientras están tronzado heno y tomando agua a la sombra. Esta noche en el velorio de Shep, gente de diez ciudades se enterará del Señor de las historias. Se extenderá como un incendio en un campo."
Cronista los miró al uno y al otro una y otra vez, con una expresión vagamente horrorizada. "¿Por qué?"
"Es un regalo", dijo Kvothe.
"¿Crees que quiero esto?", Dijo el cronista con incredulidad. "¿Fama?"
"Fama no", dijo Kvothe sombrío. "Perspectiva. Vas hurgando en las vidas de otras personas. Oyes rumores y vas excavando en busca de la dolorosa verdad debajo de las preciosas mentiras. Crees que tienes derecho a estas cosas. Pero no es así. "Miró duramente al escribano. "Cuando alguien te cuenta un pedazo de su vida, te están dando un regalo, no te lo deben."
Kvothe se limpió las manos en el paño limpio de lino. "Te estoy dando mi historia con todas las sucias verdades intactas. Todos mis errores y estupideces puestos desnudos a la luz. Si me decido a pasar por encima de algunas pequeñas piezas, ya que me aburren, me siento bien en mi derecho. No me sentiré presionado a cambiar de opinión por la historia de un granjero. Yo no soy un idiota."
Cronista miró a su sopa. "Fue pasarse un poco, ¿no?"
"Lo fue", dijo Kvothe.
Cronista levantó con un suspiro y dio una pequeña sonrisa, avergonzado. "Bien. No me puedes culpar por intentarlo. "
"En realidad, si puedo" dijo Kvothe. "Pero creo que he establecido mi punto. Y para lo que vale, lo siento por los problemas que podría causarte. "Hizo un gesto hacia la puerta y los granjeros que salieron. "Yo podría haber reaccionado de manera un poco exagerada. Nunca he respondido bien a la manipulación."
Kvothe salió de detrás de la barra, en dirección a la mesa junto a la chimenea. "Vamos, ustedes dos. El juicio en sí fue tedioso. Sin embargo, tuvo importantes repercusiones. "