miércoles, 10 de agosto de 2011

Capitulo 43

 Holaa! este capitulo fue traducido por Arispell! y es uno d esos capitulos q son como decirlo.. son geniales y no te esperas en esa parte de la historia jeje bueno a mi me parece :D asi q disfruten mucho el capitulo ahh y algo mas. Antes cuando se tenian que entregar cartas a grandes distancias se le solia dar a una persona que te pareciera al menos un poco confiable con cierto dinero y esta persona la hacia llegar, claro tambien cobrando algo al que la recibia, pero si esta persona solo la podia llevar a determinado punto ahi se la vendia a alguien mas, que la compraba sabiendo que la persona a quien iba dirigida la carta pagaria por obtenerla, a veces la vendian muchas veces antes de que llegara a su destino. 
Es todo :)


Capitulo 43
Sin una palabra o advertencia

Yo permanecía afuera, en la ventana frontal de Anker’s, mirando como caía la nieve y ociosamente girando el anillo de Denna en mis dedos. El invierno caía pesadamente sobre la Universidad, y Denna se había ido ya por más de un mes. Yo tenía tres horas antes de la clase de Elodin y estaba intentando decidir si la ínfima posibilidad de encontrar a Denna valía la larga y fría caminata hacia Imre.
Cuando permanecía en la ventana, un hombre Cealdico cruzo la puerta, sacudiéndose los copos de nieve de sus botas y mirando alrededor con curiosidad. Era aun temprano y yo era la única persona en la sala común.
El caminó hacia mí, los copos de nieve se derretían en su barba hasta que eran brillantes gotas de agua. “Lamento molestarte. Busco a un tipo” dijo, sorprendiéndome con su total carencia de cualquier cosa que recordase a un acento Cealdico. El alcanzo algo dentro de su largo abrigo y saco un delgado sobre con un sello rojo sangre. “Ka-voth-ee” leyó lentamente y giro el sobre hacia mí para que pudiese leer el frente.

Kvothe- Posada de Anker
Universidad (“millas al oeste de Imre)
Belenay- Barren
Mancomunidad central

Era la escritura de Denna. “De hecho es Kvothe” dije ausentemente. “La e es silenciosa.”
El se encogió de hombros. ¿Eres el?”
“Yo soy” dije.
El asintió, satisfecho. “Bien, obtuve esto en Tarbean cerca de un ciclo atrás. Se la compre a un tipo por un penique. El dijo que se la compró a un marinero en Junpui por una moneda de plata de Vintas. El no podía recordar el nombre del pueblo donde el marinero lo había obtenido, pero fue en los caminos del interior.”
El hombro encontró mi mirada. “Te digo esto para que no pienses que te estoy intentando estafar con el trato. Yo pague un penique completo, entonces vine desde Imre aunque estaba fuera de mi camino.” El miro alrededor de la sala común. “Aunque supongo que un tipo con una buena posada como esta no será tacaño al darle a este tipo su pago.”
Yo me reí. “Esta no es mi posada” dije. “Yo solo tengo una habitación acá.”
“OH” dijo, obviamente un poco decepcionado. “Tu te ves como si fueses el propietario parado ahí. Pero aun estoy seguro que veras la necesidad que tengo de sacar algo de dinero de esto.”
“Lo entiendo” dije. “¿Cuanto crees que sea lo justo?”
El me miro arriba y abajo, mirando mis ropas. “Supongo que seria feliz teniendo mi penique de vuelta y medio penique a su lado.”
Yo saque mi bolso y revolví en el. Afortunadamente yo había estado jugando a las cartas unas pocas noches antes y tenia algo de monedas aturianas. “Me parece justo” dije mientras le tendía el dinero.
El se comenzó a ir, entonces regreso. “Solo por curiosidad” dijo. “¿Me hubieses pagado dos peniques por obtenerla?”
“Probablemente” admití.
Kist” maldijo, entonces salio, la puerta se agito tras el.
El sobre era de grueso pergamino, arrugado y manchado por mucho uso. El sello mostraba un ciervo en pose ante un barril y un arpa. Lo presione fuerte entre mis dedos, rompiendo el sello mientras me sentaba.
La carta decía:


Kvothe,
Lamento dejar Imre sin una palabra o advertencia. Te envié un mensaje la noche de mi salida, pero supongo que nunca lo recibiste.
Me fui buscando mejores oportunidades y pastos más verdes. Me gusta mucho Imre, y disfruto el placer de tu ocasional, aunque esporádica, compañía, pero es una ciudad cara en la cual vivir y mis perspectivas crecen tenues últimamente.
Yll es amoroso, todo colinas. Encuentro el clima muy de mi gusto, es mas tibio y el aire huele a mar. Parece que puedo pasar todo un invierno sin ser llevada a la cama por culpa de mis pulmones. Mi primer invierno en años.
He pasado algún tiempo en los reinos pequeños y visto una escaramuza entre dos bandas de hombres montados. Tales golpes y relinchidos de caballos nunca has oído. He pasado algún tiempo navegando también, y he aprendido todos los nudos marineros y como emplearlos apropiadamente. También, maldecir ha sido ampliado en cantidad.
Si me lo pides amablemente cuando nos encontremos, te puedo demostrar mis nuevas habilidades.
He visto mi primer mercenario Adem. (Los llaman camisetas ensangrentadas acá). Ella es difícilmente más grande que yo, con los más bellos ojos grises que he visto. Ella es linda, pero extraña y callada, con espasmos sin fin. No la he visto pelear y no estoy segura de desearlo. Aunque estoy curiosa.
Aun estoy enamorada del arpa. Y actualmente estoy quedando con un hábil caballero (a quien no nombrare) para la Promison de mi estudio en el arpa.
He bebido algo de vino mientras escribo esta carta. Yo menciono esto para excusar mi deletreo de la palabra Promoseon. Promoción. Kist. Tú sabes lo que quiero decir.
Me disculpo por no escribir antes, pero he pasado un largo tiempo viajando y no es hasta ahora que tengo los medios para escribir una carta. Ahora que lo he hecho, imagino que podría pasar un tiempo largo antes que encuentre un viajero de confianza para que esta misiva comience su largo viaje hasta ti.
Pienso en ti a menudo y gratamente.
Tuya,
D.


Pstscrpt. Espero que el maletín del laúd te este sirviendo bien.

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La clase de Elodin comenzó extrañamente ese día.
Para comenzar, Elodin estaba a la hora. Esto nos atrapo tan inesperadamente que seis de los otros estudiantes habían hablado de pasar los primeros 20 o 30 minutos de la clase contando chismes, jugando carta y protestando de lo poco que estábamos aprendiendo. Ni siquiera notamos al maestro nominador hasta que había avanzado la mitad de los pasos dentro de la sala de lectura, aplaudiendo para captar nuestra atención.
La segunda cosa rara era que Elodin estaba vestido con su túnica formal. Yo lo había visto usarla antes, cuando la ocasión lo demandaba, pero siempre a regañadientes. Incluso durante las entrevistas de admisiones estaba remendada y desgarbada.
Hoy el la portaba como si quisiera. Se veía planchada y limpia. Su cabello no estaba en su estado normal de desorden tampoco. Se veía como si hubiese sido peinado y aceitado.
Alcanzando el frente de la sala de lectura, el subió a la tarima y se movió para permanecer detrás del pulpito. Esto más que nada nos hizo sentarnos y tomar notas. Elodin nunca usaba el pulpito.
“Tiempo atrás” dijo sin ningún preámbulo, “este era un lugar donde las personas venían a aprender cosas secretas. Hombres y mujeres venían a la universidad para estudiar la forma del mundo.”
Elodin miro hacia nosotros. “En esta antigua universidad, no había habilidad mas buscada que la nominación. Todo lo demás era materia básica. Los nominadores caminaban por las calles como pequeños dioses. Ellos hacían cosas terribles, otras maravillosas y todos los envidiaban.”
“Solamente a través de la habilidad en nominación los estudiantes se movían a través de los rangos. Un alquimista sin ninguna habilidad en nominación era marcado como una cosa triste, no mas respetado que un cocinero. La simpatía fue inventada acá, pero un simpatista sin nominación era como un conductor de carruajes. Un artífice sin nombres detrás de su trabajo era poco más que un herrero o un zapatero.
“Todos venían a aprender los nombres de las cosas” dijo Elodin, sus ojos oscuros eran intensos, su voz resonante e inspiradora. “Pero la nominación no puede ser enseñada por reglas o rutina. Enseñar a alguien a ser nominador es como enseñar a alguien a enamorarse. Es desesperanzador, no se puede hacer.”
El maestro nominador sonrió un poco entonces, por primera vez se le veía familiar a como era. “Pero aun, los estudiantes intentan aprender. Y los profesores intentan enseñar. Y algunas veces tienen éxito.”
Elodin apunto. “¡Fela!” Se movió para acercarse a ella. “Ven.”
Fela se levanto, se la veía nerviosa a medida que se acercaba a el en la tarima de lectura.
“Todos han escogido el nombre que esperan aprender” dio Elodin, sus ojos envolviéndonos. “Y todos han seguido sus estudios con varios grados de dedicación y éxito.”
Yo luche contra el ungimiento de mirar a lo lejos con cara de vergüenza, sabiendo que mis esfuerzos habían sido a media maquina a lo sumo.
“Donde ustedes han fallado, Fela ha tenido éxito” dijo Elodin. “Ella ha encontrado el nombre de la piedra…” El se giro para mirarla. “¿Cuántas veces?”
“Ocho veces” dijo mirando hacia abajo, sus manos se retorcían nerviosamente en frente de ella.
Hubo un murmullo de genuina admiración de todos nosotros. Ella nunca había mencionado esto en nuestras frecuentes reuniones de grupo.
Elodin asintió, como si aprobara nuestra reacción. “Cuando la nominación aun se enseñaba, nosotros los nominadores portábamos nuestros progresos orgullosamente. Un estudiante que ganaba la maestría sobre un nombre portaba un anillo como declaración de su habilidad.” Elodin estiro una mano frente a Fela y la abrió, revelando una piedra de río, suave y oscura. “Y esto es lo que Fela hará ahora, como prueba de su habilidad.”
Sorprendida, Fela miró a Elodin. Sus ojos oscilaron entre el y la piedra, su cara volviéndose severa y pálida. Elodin le dio una sonrisa tranquilizadora. “Vamos” dijo suavemente. “Tu sabes en tu secreto corazón que eres capas de esto. Y de mas.”
Fela mordió sus labios y sostuvo la piedra. Parecía mas grande en sus manos que en las de el. Ella cerró sus ojos por un instante y tomó un largo y profundo aliento. Ella lo dejo salir lentamente, levantando la piedra y abriendo sus ojos de forma que fuese lo primero que viera cuando los abriera. El aire vibro con ello.
Un largo minuto paso. Dos largos minutos. Tres terriblemente largos minutos.
Elodin sonrió ruidosamente, rompiendo la tensión. “no no no” dijo, chasqueando los dedos cerca de la cara de Fela para atraer su atención. El presiono una mano sobre sus ojos como si estuviese ciego. “Tu la estas mirando, no la mires. Obsérvala.” El retiro su mano.
Fela levanto la piedra y abrió sus ojos. Al mismo momento Elodin le dio un suave golpe en el reverso de la cabeza con la parte plana de la mano. Ella se giro a el, con expresión rabiosa. Pero Elodin meramente apunto a la piedra que ella aun tenía en la mano. “¡Mira!” dijo excitadamente.
Los ojos de Fela fueron a la piedra, y ella sonrió como si viese a una vieja amiga. Ella la cubrió con una mano y la trajo cerca de su boca. Sus labios se movieron.
Hubo un ruido repentino, de rompimiento, como si una gota de agua hubiese caído sobre un pedazo de grasa caliente. Luego siguieron una docena mas, tan rápidos y repentinos que sonaban como un viejo haciendo sonar sus nudillos, o una tormenta de granizos golpeando un duro techo.
Fela abrió su mano y un puñado de arena y grava salio. Con dos dedos ella alcanzo el revoltijo de la piedra lisa y saco un anillo de pura piedra negra. Era redondo como una copa y liso como vidrio pulido.
Elodin rió en triunfo antes de darle a Fela un abrazo entusiasta. Fela arrojo sus brazos a su alrededor salvajemente a cambio. Ellos dieron algunos rápidos pasos juntos que eran medio tambaleo y medio baile.
Aun sonriendo, Elodin estiro su mano. Fela le dio el anillo y el lo miro cuidadosamente antes de asentir.
“Fela” dijo seriamente. “Yo aquí te promuevo al rango de Re’lar.” El sostuvo el anillo. “Tu mano.”
Casi tímidamente Fela estiro su mano, pero Elodin agito su cabeza. “Mano izquierda” dijo firmemente. “La derecha significa algo completamente distinto. Ninguno de ustedes esta remotamente cerca para eso.”
Fela estiro su otra mano y Elodin deslizo el anillo de piedra fácilmente en su dedo, el resto de la clase rompió en aplausos, acercándose para ver de cerca lo que ella había hecho.
Fela dio una radiante sonrisa y estiro la mano para que todos pudiésemos ver. El anillo no era liso como había pensado al principio. Estaba cubierto de pequeñas y finas depresiones. Ellas circulaban la una a la otra en un sutil patrón como nada que había visto antes.

7 comentarios:

  1. Simplemente wooooooww!!!! Me encanto la parte de la clase, Elodin es un personaje fascinante.

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  2. Esto es posiblemente un SPOILER.

    Eso del anillo me ha recordado a la posada y la charla con el aprendiz del herrero y que comentaba los anillos que llevaba Kvothe y creo recordar que habló de bastantes y en ambas manos xD.

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  3. Bien visto, sale en el capitulo 2¡¡ Se supone que es una cancion de las que nunca se sabe cuanto llevan de razón. Pero ahí va:
    "En su primer mano usaba anillos de piedra,
    Hierro, ámbar, madera y hueso.
    Había anillos invisibles en su segunda mano.
    Uno era sangre fluyendo en una cinta
    Uno todo de aire, susurro débil,
    Y el anillo de hielo tenía un defecto dentro.
    Brillaba débilmente el anillo de fuego,
    Y el anillo final no tenía nombre."
    Pero a su vez, Kote no lleva ningún, y por lo que tenemos entendido, no sabe o no puede usar su "magia". Esperando más capis¡¡ Animo Suchan y a los traductores¡¡

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  4. Me imgino que nuestro buen protagonista habrá adquirido ese extra de motivación para afanarse con sus estudios de nominación. Mentes demasiado lógicas como la suya siempre necesitan ver que algo si es posible para creer en ello.

    Saludos y gracias, de nuevo.

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  5. jaja justo pensaba desir lo de los anillos de Kvothe por sierto como se pronuncia io lo digo asi

    quiote no es asi?

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  6. se pronuncia "cuouz" el mismo kthote lo dice creo que a cronista

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  7. Yo creo que la consecuencia de perder su simpatía sería contra los chandrian, tiene toda la pinta.

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