sábado, 9 de julio de 2011

Capitulo 26

Holaaa!!! aqui ya esta el capitulo 26!! traducido por Laura y woow! no me cambie mas que dos letras o algo asi! yo se que despues de leerlo estaran inquietos por leer el siguiente, yo se que estaran subiendose a las paredes de ansiedad jaja por eso hoy mismo pondre el otro pero mas de rato. Q termine todo lo q tengo q hacer.Tambien por que este capitulo era para ayer en la noche pero no estuve.
Bueno agradescanle mucho a Laura, a decir verdad me gusto mucho por que de este cuando lo lei en ingles se me pasaron muchas cosas, asi q es genial leerlo en español.

Capitulo 26
Confianza

Aunque estaba bastante seguro de que Devi no estaba detrás de la felonía, tendría que ser un tonto para ignorar el hecho de que ella tenía mi sangre. Así que cuando quedó claro que hacer un gram iba a requerir una gran cantidad de tiempo y energía, me di cuenta de que había llegado el momento de hacerle una visita a Devi y asegurarme de que ella no era la responsable.

Era un día miserable: frío, con un viento húmedo que atravesaba mi ropa. Yo no tenía guantes ni sombrero, y tuve que conformarme con subirme la capucha y envolver mis manos en la tela de mi capa mientras la tiraba con más fuerza alrededor de mis hombros.

Mientras cruzaba el Puente de piedra, un nuevo pensamiento me vino a la mente: quizás alguien le había robado mi sangre a Devi. Eso tenía más sentido que cualquier otra cosa. Necesitaba asegurarme de que la botella con mi sangre estaba segura. Si ella todavía la tenía y no había sido manipulada, sabría que ella no estuvo involucrada.

Me encaminé hacía el borde occidental de Imre en donde me detuve en una taberna para comprar una cerveza y así abrigarme cerca de su fuego. Luego caminé por el ya familiar callejón y subí la estrecha escalera detrás de la carnicería. A pesar del frío y de la lluvia reciente, el olor a grasa rancia todavía flotaba en el aire.

Respiré hondo y llamé a la puerta.

Un minuto después la puerta se abrió, entonces el rostro de Devi se asomó a través de una estrecha abertura en la puerta

“Bueno, hola,” dijo. ¿Estas aquí por negocios o por placer?

“Negocios, sobre todo,” admití.

“Lastima.” Ella abrió más la puerta.

Cuando entraba en la habitación, di un traspié en el umbral de la puerta, tropezando torpemente hacia ella y apoyando brevemente una de mis manos sobre su hombro mientras recobraba el equilibrio.

“Lo siento,” dije, avergonzado.

“Estas hecho un desastre,” me dijo mientras cerraba la puerta. “Espero que no estes buscando más dinero. No le presto dinero a las personas que parecen que vinieran de una borrachera de tres días.”

Me senté en una silla, cansado. “Te traje tu libro.” Dije, sacándolo por debajo de mi capa y colocándolo en su escritorio.

Ella asintió a eso, sonriendo un poco “¿Qué te pareció el viejo Malcaf?”

“Seco. Poco conciso. Aburrido.”

“Y no había nada de imágenes tampoco, dijo secamente. “Pero eso no viene al caso.”

“Sus teorías sobre la percepción como una fuerza activa fueron interesantes,” admití. “Pero él escribe como si tuviera miedo de que alguien pudiera en realidad entenderlo.”

Devi asintió, con su boca fruncida. “Eso fue lo que pensé también.” Ella se inclinó sobre el escritorio y deslizó el libro más cerca de ella. “¿Que te pareció el capítulo sobre la propiocepción?”

“Parecía estar argumentando desde un profundo pozo lleno de ignorancia,” dije. “He atendido a personas en la Clínica con miembros amputados. No creo que Malcaf alguna vez lo haya hecho.”

La miré, atento por cualquier señal de culpa, alguna indicación de que ella haya estado practicando felonía contra mía. Era peor, no había nada. Ella parecía perfectamente normal, alegre y mordaz como siempre. Pero yo había crecido entre actores. Yo sé cuantas maneras hay de ocultar tus verdaderos sentimientos. Devi frunció el ceño de forma exagerada.

“Te ves muy serio sentado allí. ¿En qué piensas?

“Tengo un par de preguntas,” dije evasivamente. No estaba entusiasmado con esto. “No sobre Malcaf.”

“Estoy tan cansada de ser apreciada por mi intelecto.” Ella se inclinó hacia atrás y estiró los brazos sobre su cabeza. “¿Cuando seré capaz de encontrar un buen muchacho que solo me quiera por mi cuerpo?” Ella dio un exuberante estirón, pero se detuvo a la mitad de este; mirándome de forma perpleja. “Estoy esperando un comentario sarcástico. Por lo general eres más rápido que esto.”

Le sonreí débilmente. “Tengo muchas cosas en mente. No creo que hoy pueda competir con tu intelecto.”

“Nunca supuse que podrías competir con mi intelecto,” dijo. “Pero sí me gustan un poco las bromas de vez en cuando.” Ella se inclinó hacia delante y juntó sus manos encima del escritorio. “¿Qué clase de preguntas?

“¿Hiciste muchas sigaldrías en la Universidad?”

“Preguntas personales” Levantó una ceja. “No. No me interesó. Demasiada pérdida de tiempo para mi gusto.”

“No pareces ser la clase de mujer que no le importaría perder un poco de su tiempo,” le dije, trabajando una débil sonrisa.

“Así me gusta.” Dijo con aprobación. “Sabía que podías hacerlo.”

“¿Supongo que no tienes ningún libro sobre silgaldría avanzada?” Pregunté. “¿El tipo de cosas que a un Re’lar no le permiten el acceso?

Devi negó con la cabeza. “No. Aunque he tenido algunos textos sobre alquimia muy buenos. Cosas que nunca encontrarías en tu precioso Archivo.” La amargura se acentuó en su voz cuando pronunció la última palabra.

Fue entonces cuando todo tuvo sentido en mi cabeza. Devi nunca sería tan descuidada como para permitir que alguien robara mi sangre. Ella no la vendería para obtener una ganancia rápida. Ella no necesitaba el dinero. Ella no me tenía rencor.

Pero Devi vendería sus colmillos para entrar en el Archivo.

“Es curioso que mencionaras la alquimia,” dije tan calmado como pude. “¿Alguna vez has oído hablar de algo llamado la Ciruela Agitada?”

"He oído hablar de eso", dijo ella con facilidad. "Una cosita desagradable. Creo que tengo la fórmula." Ella volteó un poco en su asiento, mirando hacia la repisa. "¿Estás interesado en verla?"

Su rostro no la traicionó, pero con suficiente práctica, cualquiera puede controlarlo. Su lenguaje corporal tampoco la delató. Sólo había la más mínima tensión en sus hombros, sólo un indicio de vacilación.

Fueron sus ojos. Cuando le mencioné la Ciruela Agitada, vi un destello allí. No sólo de reconocimiento. De culpa. Por supuesto. Ella le había vendido la fórmula a Ambrose.

¿Y por qué no iba a hacerlo? Ambrose era un Secretario de alto rango. Él podía colarla en los Archivos. Demonios no, con los recursos a su disposición, ni siquiera tendría que hacer eso. Todo el mundo sabía que de vez en cuando el maestro Lorren concedía a académicos no miembros del Arcano el acceso a los Archivos, especialmente si sus mecenas estaban dispuestos a abrirle camino a una generosa donación. Una vez Ambrose había comprado una posada entera sólo para fastidiarme. ¿Cuánto más estaría él dispuesto a pagar por apoderarse de mi sangre?

No. Wil y Sim habían tenido razón sobre eso. Ambrose no era de los que se ensuciaban las manos si podía evitarlo. Era mucho más fácil para él contratar a Devi para hacer su trabajo sucio. Ella ya había sido expulsada. Ella no tenía nada que perder pero sí todos los secretos del Archivo que ganar.

"No, gracias", le dije. "No hago mucha alquimia." Inspiré hondo y decidí saltar directo al punto. "Pero si necesito ver mi sangre."

La expresión alegre de Devi se congeló en su rostro. Seguía sonriendo, pero sus ojos eran fríos. "¿Disculpa?" En realidad esa no fue una pregunta.

"Necesito ver la sangre que dejé aquí contigo", le dije. "Necesito saber que está a salvo."

"Me temo que no es posible." Su sonrisa se desvaneció por completo, y su boca dibujó una delgada línea. "No es así como hago negocios. Además, ¿Crees que sería lo suficientemente estúpida como para mantener ese tipo de cosas aquí?"

Sentí un nudo en el estómago, aún no me lo quería creer.

"Podemos ir a donde sea que tengas guardada mi sangre", dije con calma. "Alguien ha estado realizando felonía en mi contra. Necesito asegurarme de que no ha sido manipulada. Eso es todo."

"Como si yo simplemente te fuera a mostrar dónde guardo ese tipo de cosas", Devi me dijo con un sarcasmo mordaz. "¿Te golpeaste en la cabeza o algo así?"

"Me temo que debo insistir."

“¡Adelante y ten miedo!", dijo Devi con una mirada penetrante. "Adelante e insiste. No hará ninguna diferencia."

Fue ella. No había otra razón por la cual ella me ocultara mi sangre.

"Si te niegas a enseñármela", continúe, tratando de mantener mi tono de voz y la calma. "Entonces debo asumir que has vendido mi sangre, o que hiciste tu propio modelo de mí por alguna razón."

Devi se reclinó en su silla y se cruzó de brazos con una indiferencia deliberada. "Puedes asumir cualquier estupidez que te plazca. Verás tu sangre cuando saldes tu deuda conmigo y ni un momento antes que eso."

Saqué un muñeco de cera de debajo de mi capa y apoyé la mano sobre la mesa para que ella pudiera verlo.

"¿Se supone que esa soy yo?", dijo. "¿Y con esas caderas?" pero las palabras eran sólo una broma superficial, un acto reflejo. Su tono era lacónico y estaba lleno de rabia. Sus ojos eran duros.

Con mi otra mano saque un corto cabello de color rubio rojizo y se lo fije a la cabeza de la muñeca de cera. La mano de Devi fue inconscientemente a su propio cabello, su expresión era de sorpresa.

"Alguien me ha estado atacando", le dije. "Tengo que asegurarme de que mi sangre est—”

Esta vez, cuando mencioné mi sangre, vi a sus ojos parpadear hacia uno de los cajones de su escritorio. Sus dedos se movieron un poco, nerviosamente.

La miré a los ojos. "No," dije sombríamente.

La mano de Devi se precipitó hacia el cajón, tirando de él para abrirlo. No dudé ni por un segundo de que en el cajón estaba el modelo que ella había hecho de mí. No podía dejar que ella se apoderara de él. Me concentré y murmuré un vínculo. La mano de Devi se detuvo a medio camino de sacudir el cajón para abrirlo.

Yo no había hecho nada para hacerle daño. Sin fuego, no hay dolor, nada que ver con lo que ella me había hecho en los últimos días. Era sólo un vínculo para mantenerla inmóvil. Cuando me detuve en la taberna para entrar en calor, había tomado un poquito de cenizas de su chimenea. No era una gran fuente, lejos de lo que me hubiera gustado, pero era mejor que nada.

Sin embargo, probablemente sólo podría mantenerla así durante unos pocos minutos antes de que extrajera tanto calor del fuego que llegara a extinguirlo por completo. Pero eso debería darme el tiempo suficiente para sacarle la verdad y recuperar el modelo que ella había hecho de mí.

Los ojos de Devi se volvieron salvajes mientras ella luchaba por moverse. “¿Cómo te atreves!", me gritó. "¡Cómo te atreves!"

"Cómo te atreves!" Le respondí con enojo. "No puedo creer que confié en ti! Yo te defendí ante mis amigos—” Dejé la frase inacabada cuando sucedió lo inimaginable. A pesar de mi vínculo, Devi comenzó a moverse, con su mano avanzando poco a poco hacia el cajón abierto.

Me concentré con más fuerza y la mano de Devi se detuvo. Luego, lentamente, comenzó a avanzar de nuevo hacia adelante, desapareciendo dentro del cajón. Yo no lo podía creer.

"¿Crees que puedes venir aquí y amenazarme?" Devi siseó, su rostro era toda una máscara de ira. "¿Crees que no puedo cuidarme sola? Llegue a Re'lar antes de que me echaran, pequeño bastardo. Me lo gané. Mi Alar es como el océano en la tormenta.” Su mano ya casi estaba completamente dentro del cajón.

Sentí un sudor frío salir de mi frente y partí mi mente tres veces más. Murmuré otra vez y cada parte de mi mente hizo un vínculo por separado, concentrándome en mantenerla inmóvil. Extraje calor de mi cuerpo, sintiendo como el frío subía por mis brazos mientras me abalanzaba sobre ella. Fueron cinco vínculos en total. Mi límite extremo.

Devi se quedó inmóvil como una piedra, ella se rió entre dientes, sonriendo. "Oh, eres muy bueno. Ya casi me creo las historias acerca de ti. Pero, ¿qué te hace pensar que puedes hacer lo que incluso Elxa Dal no pudo? ¿Por qué crees que me expulsaron? Ellos temieron de una mujer que pudo igualar a un maestro en su segundo año. "El sudor hizo que su cabello claro se pegara a su frente. Ella apretó los dientes, con su cara de duendecillo embistiendo con determinación. Su mano comenzó a moverse de nuevo.

Luego, con un repentino y violento movimiento, de un tirón sacó la mano fuera del cajón como si la liberara de lodo espeso. Tiró fuertemente algo redondo y metálico sobre la parte superior del escritorio, haciendo que la llama de la lámpara saltara y chispeara repetidamente. No era un modelo. No era una botella con mi sangre.

"¡Hijo de puta!", dijo, casi gritando las palabras. "¿Crees que no estoy preparada para este tipo de cosas? ¿Crees que eres el primero en tratar de aprovecharse de mí? "Ella giró la parte superior de la esfera de metal de color gris. La esfera dio un distintivo Click y ella alejó lentamente su mano. A pesar de mis mejores esfuerzos, no pude mantenerla inmóvil.

Fue entonces cuando reconocí el dispositivo que ella había sacado del cajón. Lo había estudiado con Manet en el último bimestre. Kilvin se refería a ellos como “Aceleradores Auto-contenedores Exotérmicos," pero todos los demás los llamaban calentadores de bolsillo o muchachos-pobres.

Estos contenían queroseno, nafta o azúcar. Una vez activado, un muchacho-pobre quemaba el combustible que contenía adentro, echando tanto calor como el fuego de una fragua durante unos cinco minutos. Luego, tenía que ser desmantelado, limpiado, y recargado de nuevo. Eran desastrosos y peligrosos, y tendían a romperse con facilidad debido al rápido calentamiento y enfriamiento. Pero por un corto período de tiempo, estos le dan a un simpatista una fuente digna de energía.

Me sumergí en el Corazón de Piedra y separé otra parte de mi mente, murmurando el vínculo. Entonces traté de lograr el séptimo y no pude. Estaba cansado y herido. El frío estaba alcanzando mis brazos, y yo había pasado por mucho en estos últimos días. Pero apreté los dientes y me obligué a murmurar las palabras en voz baja.

Devi ni siquiera pareció notar el sexto vínculo. Moviendo lentamente como las manecillas de un reloj, ella jalo un hilo suelto desde su manga. El muchacho-pobre hizo un chirrido metálico así como un gruñido y el calor comenzó a expedir en series de olas llameantes.

"En este momento no tengo un vínculo decente para ti", dijo, mientras la mano que sostenía el hilo se movía lentamente hacia el muchacho-pobre. "Pero si no rompes tu vínculo, usaré esto para quemar cada trozo de ropa de tu cuerpo y sonreiré mientras gritas".

Es extraño la clase de pensamientos que pasan rápidamente por tu cabeza en situaciones como esta. Lo primero que pensé no fue que iba a quedar terriblemente quemado. Lo que pensé fue que la capa que Fela me había regalado se arruinaría y que me quedaría con sólo dos camisas.

Mis ojos miraron rápidamente la parte superior del escritorio de Devi en donde el barniz ya estaba empezando a burbujear en un anillo alrededor del muchacho-pobre. Podía sentir el calor irradiando contra mi rostro. Yo sé cuando estoy derrotado. Rompí los vínculos, con la mente dándome vueltas mientras que las partes de mi mente se juntaban de nuevo.

Devi se encogió de hombros. "Suéltala", dijo. Abrí mi mano y la muñeca de cera cayó ebriamente sobre el escritorio. Me senté con las manos en mi regazo y me quedé muy quieto, sin querer sobresaltarla o amenazarla de alguna manera. Devi se levantó y se inclinó sobre el escritorio. Estiró el brazo y me pasó una mano por el cabello, y luego hizo un puño, arrancándome algunos cabellos. Grite a mi pesar. Volviéndose a sentar, Devi recogió la muñeca y reemplazo su cabello por varios de los míos. Ella murmuró un vínculo.

"Devi, no entiendes", le dije. "Yo sólo necesitaba—”

Cuando vinculé a Devi, me había enfocado en sus brazos y piernas. Es la forma más eficaz de contener a alguien. Pero yo tenía una fuente de calor limitada con que trabajar y no pude gastar energía en nada más.

Pero ahora, Devi tenía suficiente energía, y su vínculo era como estar atrapado en una prensa de hierro. Yo no podía mover los brazos o piernas, o la mandíbula o la lengua. Apenas podía respirar, sólo tomaba pequeñas y poco profundas respiraciones que no requerían de ningún movimiento de mi pecho. Fue horroroso, como si alguien tuviera su mano alrededor de mi corazón.

"Yo confiaba en ti." La voz de Devi era baja y áspera, como una sierra con dientes afilados de un quirúrgico cortando una pierna amputada. "Yo confiaba en ti." Ella me dio una mirada que era pura furia y aborrecimiento. "De hecho, hubo alguien que vino aquí, buscando comprar tu sangre. Cincuenta y cinco talentos. Lo rechacé. Incluso hasta negué que te conocía porque nosotros teníamos una relación de negocios. Yo me atengo a los negocios que hago."

¿Quién? Yo quería gritar. Pero sólo podía hacer un sonido inarticulado así como un huuu huuu. Devi miró a la muñeca de cera que sostenía y luego al muchacho-pobre calcinando un anillo oscuro en la parte superior de su escritorio.

"Nuestra relación de negocios ha terminado", dijo con firmeza. "Hago un llamado de tu deuda vencida. Tendrás hasta el final del bimestre para regresarme mi dinero. Nueve talentos. Si te retrasas en pagarme tan solo un segundo, venderé tu sangre para recuperar mi inversión y me absuelvo de culpas contigo."

Ella me miró con frialdad. "Esto es mejor de lo que te mereces. Todavía tengo tu sangre. Si buscas a los maestros en la Universidad o al alguacil de Imre, esto terminará muy mal para ti. "



Ahora el humo estaba alzándose en forma de espiral desde el escritorio, y Devi movió la mano para sostener el modelo por encima del chirriante metal del muchacho-pobre. Ella murmuró y sentí una punzada de calor pasando por todo mi cuerpo. Se sentía exactamente igual a la fiebre repentina que me había estado plagando por días.

"Cuando libere este vinculo, dirás, “Entiendo, Devi." Después te irás. Al término del bimestre, enviarás a alguien con el dinero que me debes. Tú no vendrás. No quiero volver a verte de nuevo."

Devi me miró con tal desprecio que me estremezco al solo recordarlo. Luego, ella escupió sobre mí y diminutas manchas de saliva golpearon el muchacho-pobre y silbaron hasta volverse vapor. “Si te vislumbro de nuevo, incluso por el rabillo del ojo, esto terminara muy mal para ti."

Ella levantó el modelo de cera sobre su cabeza, luego lo dejó caer bruscamente sobre el escritorio con su mano muy recta en la parte superior del mismo. Si yo hubiera sido capaz de brincar del susto o gritar de pánico, lo habría hecho.

El modelo se volvió pedazos, los brazos y piernas se desprendieron, la cabeza se separó y comenzó a rodar erráticamente sobre el escritorio hasta caer al suelo. Sentí un repentino y brusco impacto, como si hubiera caído varios metros y aterrizado horizontalmente sobre un piso de piedra. Fue sorprendente, pero no tan malo como podría haber sido. A pesar del terror, una pequeña parte de mí se maravilló de su precisión y control.

El vínculo que me sujetaba desapareció, y respiré hondo. "Entiendo, Devi," le dije. "Pero puedo—”

"¡FUERA!", Gritó.

Salí. Me gustaría decir que fue una salida digna, pero eso no sería la verdad.

3 comentarios:

  1. Su!!!! Como poder esperar el siguiente???!!!!!!, ojalá puedas ponerlo pronto. Thanks!! :S

    ResponderEliminar
  2. sip, es mucho mejor que leerlo en inglés.... ,muuuuuuuuchas gracias!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    los amooooooooooooooooooooooo

    ResponderEliminar