martes, 11 de octubre de 2011

Capitulo 75

Holaaaa Bueno aqui esta el capitulo 75! traducido por Laura Arrias! q anda de regreso por aqui :) 
De hecho me lo mando ayer pero lo vi hasta hoy en la mañana solo que hasta ahorita pude subirlo, tengo que terminar un proyecto para un evento de este mismo sabado, asi que no he podido encargarme de esos detallitos que hacen al blog funcionar como Dios manda estos ultimos dias , de todos modos me dare algun tiempo mañana y haber, bueno hemos estado teniendo capitulos y capitulos diario aun asi ultimamente asi que bueno pasando el sabado estare a su entera dispocicion otra vez :)
 
Capitulo 75
Los Jugadores

Durante las siguientes horas de caminata, hice mi mejor esfuerzo por conocer a los hombres que Alveron me había adjudicado. Hablo en sentido figurado, por supuesto, ya que uno de ellos era una mujer y los cinco en total estábamos en marcha.
Tempi fue el primero en llamarme la atención y en quien la mantuve por más tiempo, ya que era el primer mercenario Adem que había conocido. Lejos de ser el imponente, asesino de mirada dura que yo esperaba, Tempi era mejor dicho difícil de describir, ni particularmente alto ni corpulento. Él era de piel clara con cabello claro y tenía los ojos de un color gris pálido. Su expresión estaba en blanco como un papel nuevo. Extrañamente en blanco.  Meticulosamente en blanco.
Sabía que los mercenarios Adem vestían ropas de color rojo-sangre como una especie de distintivo. Pero el traje de Tempi era diferente de lo que esperaba. Su camisa estaba ajustada contra su cuerpo por una docena de correas de un suave cuero. Sus pantalones, también, estaban bien apretados en el muslo, pantorrilla y rodilla. Todo estaba teñido del mismo rojo brillante y sangriento y le ajustaba cómoda y abrigadamente como el guante de un caballero. Mientras el día se hacía más caluroso, noté que Tempi estaba empezando a sudar. Después de vivir en el aire frío y de montaña en Stormwal, el clima le debió haber parecido desproporcionadamente caliente. Una hora antes del mediodía, soltó las correas de cuero de su camisa y se la quitó, usándola para secar el sudor de su cara y los brazos. Ni siquiera pareció estar un poco cohibido por recorrer el Camino del Rey con el torso desnudo.
La piel de Tempi era tan pálida que era casi de color crema, y su cuerpo delgado y elegante como el de un sabueso de caza, con sus músculos moviéndose bajo su piel con una gracia animal. Traté de no mirar fijamente, pero mis ojos no podían dejar de divisar las delgadas y pálidas cicatrices que cruzaban sus brazos, pecho y espalda. Él nunca soltó una palabra de queja por el calor. Cualquier tipo de palabra parecía extraña viniendo de él y respondía la mayoría de las preguntas asintiendo o negando con la cabeza. Llevaba un macuto como el mío y su espada, lejos de ser intimidante, parecía más bien corta e insignificante.
Dedan era tan diferente de Tempi como un solo hombre puede ser del otro. Él era alto, ancho y grueso de pecho y cuello. Llevaba una pesada espada, un largo cuchillo y vestía un mal emparejado conjunto de armadura de cuero hervido, lo suficiente dura como para golpearla y a menudo remendarla. Si alguna vez has visto a un guardia de caravana, entonces  has visto a Dedan, o al menos a alguien cortado del mismo rollo de tela.
Él era el que más comía, el que más se quejaba, el que más maldecía y tenía una terquedad más gruesa que una ancha tabla de madera de roble. Pero para ser justos, también tenía una modo de ser amigable y se reía con facilidad. Tuve la tentación de creerlo un estúpido, debido a sus modales y a su tamaño, pero Dedan tenía un ágil ingenio cuando se molestaba en usarlo.
Hespe era una mujer mercenaria. No tan rara criatura como algunos piensan. En apariencia y equipamiento ella era el espejo de Dedan. El cuero, la pesada espada, la sabia actitud de mundo ligeramente gastada por el clima. Ella tenía anchos hombros, manos fuertes y un rostro orgulloso, con una mandíbula como un ladrillo. Su cabello era rubio y fino, pero corto, como un hombre.
Sin embargo, el verla como una versión femenina de Dedan fue un error. Ella era reservada en donde Dedan era todo un bravata. Y mientras Dedan era fácil de llevar cuando no estaba de mal genio, en Hespe había una vaga dureza, como si estuviera constantemente esperando a que alguien le causara problemas.
Marten era el mayor de todos nosotros, nuestro rastreador. Vestía poco cuero, más suave y mejor cuidado que el de Dedan o Hespe. Llevaba un cuchillo largo, otro corto y un arco de cazador.
Marten había trabajado como cazador antes de caer en desgracia con el baronet, cuyos bosques él había resguardado. El trabajo de mercenario era un trabajo muy pobre en comparación, pero le daba para comer. Su habilidad con el arco le hizo valioso a pesar del hecho de que él no estaba cerca de ser tan físicamente imponente como Dedan o Hespe.
Ellos tres habían formado una asociación libre hace unos meses y habían estado vendiendo sus servicios como un grupo desde entonces. Marten me dijo que habían hecho otros trabajos para el Maer, el más reciente de los cuales involucraba explorar algunas de las tierras alrededor de Tinuë.
Me tomó cerca de diez minutos el darme cuenta de que Marten debió ser el líder de esta expedición. Él tenía más conocimiento de la vida en el bosque que todo el resto de nosotros juntos e incluso, había cazado hombres por recompensas, una o dos veces. Cuando le comenté esto, negó con la cabeza y sonrió, diciéndome que el ser capaz de hacer algo y querer hacerlo en realidad eran dos cosas muy diferentes.
De último estaba yo: su valiente líder. En la carta de introducción del Maer me había descrito como "un joven perspicaz de buena educación y diversas cualidades útiles". Si bien esto era absolutamente cierto, también me hizo sonar como el más miserablemente inútil de la corte dandi existente.
No ayudando en el asunto el hecho de que yo era más joven que cualquiera de ellos por años y vistiendo ropa más adecuada para una cena que para el camino. Llevaba mi laúd y el bolso del Maer. No llevaba espada, ni armadura, ni cuchillo.
Me atrevo a decir que ellos no sabían muy bien qué pensar de mí.



***

El sol estaba a una hora de ponerse cuando pasamos a un calderero en el camino. Vestía la tradicional túnica marrón, atada con una larga cuerda. No tenía una carreta, pero guiaba a un burro tan cargado de paquetes de rarezas que parecía un hongo.
Se abrió camino lentamente hacia nosotros, cantando:

Si reparación no necesita y nada necesita atender
If you need no mending, and nothing needs tending.


Un hombre sabio aun verá el momento adecuado para gastar.
A wise man will still see the right time for spending.


Disfrute de la luz del sol,
Enjoy the sunshine,


Pero, aunque podría sentirse bien,
But though you might feel fine,


Si no se detiene ahora, se llenará de pesar.
If you don't stop now, you'll be filled with regret.


Es mejor simplemente pagar,
It's better to simply pay,


Y prepararse para un día lluvioso
And prepare for a rainy day


Que pensar en el calderero cuando estas chorreando empapado
Than think of the tinker when you're dripping wet



Me eché a reír y aplaudí. Los propiamente característicos caldereros viajeros son una raza de gente poco frecuente y yo siempre me alegré de ver a uno. Mi madre me dijo que traían suerte, y mi padre los había apreciado por sus novedades. El hecho de que estuviera desesperadamente necesitado de algunos objetos hizo que este encuentro fuera tres veces bienvenido.
 —Ho, Calderero —dijo Dedan, sonriendo—. Necesito fuego y una cerveza. ¿Cuánto tiempo falta antes de que encontremos  una posada?
El calderero señaló el camino por donde él había venido. —Ni veinte minutos de caminata. —Miró a Dedan—. Pero puedes decirme que no hay nada que necesites, —advirtió él—.Todo el mundo necesita algo.
Dedan negó cortésmente con la cabeza. —Le ruego me disculpe, Calderero. Mi bolso está  muy vacío.
— ¿Y qué me dice usted? —El calderero me miró de arriba abajo—. "Pareces un joven que quiere algo.
—Yo si necesito un par de cosas, —admití. Al ver a los demás mirando con nostalgia por el camino, les indiqué con un gesto—.Adelántense, —les dije—. Estaré con ustedes en unos minutos.
Mientras ellos se encaminaban, el calderero se frotó las manos, sonriendo. "—Ahora bien, ¿qué es lo que está buscando?
—Un poco de sal, para empezar.
—Y una caja en donde ponerla, —dijo mientras comenzaba a hurgar en los paquetes de su burro.
—También podría utilizar un cuchillo, si usted tiene uno que no sea muy difícil de llevar.
—Especialmente si se están dirigiendo al Norte, —dijo sin perder el ritmo—. Un camino peligroso ese. No se podría estar sin un cuchillo.
 — ¿Tuvo algún problema? —Pregunté, con la esperanza que él supiera algo que pudiera ayudarnos a encontrar a los bandidos.
—Oh no, —dijo mientras buscaba a través de sus paquetes—. Las cosas no están tan mal como para que a alguien se le ocurriera poner las manos sobre un calderero. Aun así, es un mal tramo de camino. —Sacó un largo y estrecho cuchillo en una funda de cuero y me lo entregó—. Acero de Ramston.
Lo saqué de su funda y le di a la hoja un vistazo de cerca. Era acero de Ramston. —No necesito algo tan fino, —dije, devolviéndoselo—. Lo estaré sometiendo al uso diario, para comer en su mayoría."
—El Ramston es excelente para el uso diario, —dijo el calderero colocándolo de nuevo en mis manos—. Puede usarlo para cortar leña y luego afeitarse con él si lo desea. Mantiene el filo por siempre.
—Podría tener que usarlo para trabajos duros, —aclaré—. Y el Ramston es frágil.
—Es eso, —admitió el calderero con facilidad—.Como mi padre siempre solía decir, "El mejor cuchillo que alguna vez tendrás hasta que se rompa". Pero lo mismo se podría decir de cualquier cuchillo. Y para decir verdad,  es el único cuchillo que tengo.
Suspiré. Yo sé cuando estoy siendo despellejado. —Y un yesquero.
Él me lo tendió casi antes de que terminara de decirlo. —No pude dejar de notar que tienes un poco de tinta de los dedos. —Señaló hacia mis manos—. Tengo un poco de papel aquí, de excelente calidad. Pluma y tinta también. No hay nada peor que tener una idea para una canción y no ser capaz de escribirla. —Me tendió un paquete de cuero que contenía papel, plumas y tinta.
Negué con la cabeza, sabiendo que el bolso del Maer sólo se vaciaría más. —Creo que he terminado de componer canciones por un tiempo, Calderero.
Se encogió de hombros, todavía resistiéndose. —Entonces para escribir cartas. Conozco a un tipo que se tuvo que cortar una vena una vez para escribirle una nota a su amada. Dramático, es verdad. Simbólico, sin duda. Pero también doloroso, antihigiénico y un poco más que  macabro. Ahora el lleva pluma y tinta con él donde quiera que vaya.
Sentí que la sangre abandonaba mi rostro cuando las palabras del calderero me recordaron algo más que había olvidado en mi apuro de abandonar Severen: Denna. Todos los pensamientos sobre ella habían sido forzados a salir de mi mente debido a mi conversación con el Maer sobre los bandidos, dos botellas de un fuerte vino y una noche sin dormir. Me había marchado sin decirle una palabra después de nuestra terrible pelea. ¿Qué pensaría ella si le hablé con tanta crueldad y luego simplemente desaparecí?
Yo ya estaba a un día completo de viaje lejos de Severen. No podía volver sólo para decirle que me marchaba, ¿verdad? Lo consideré por un momento. No. Además, la misma Denna había desaparecido durante días sin ningún aviso. Seguramente ella entendería si yo hiciera lo mismo…
Estúpido. Estúpido. Estúpido. Mis pensamientos giraban mientras trataba de decidir entre mis varias desagradables opciones.
El violento hee haa del burro del calderero me sobresaltó y me vino un pensamiento. —¿Se está dirigiendo hacia Severen, Calderero?
—Más a través que hacia Severen, —dijo—. Pero sí.
—Acabo de recordar que necesito enviar una carta. Si se la entrego a usted, ¿podría entregarla en una posada en particular?
Él asintió lentamente. —Pudiera, —dijo—. Teniendo en cuenta de que usted va a necesitar papel y tinta... —Él sonrió, agitando de nuevo el paquete.
Hice una mueca. —Los necesitaré, Calderero. Pero, ¿cuánto va a costarme este lote?"
El calderero miró los acumulados objetos. —La sal y la caja: cuatro sueldos. Cuchillo: quince sueldos. Papel, plumas y tinta: Dieciocho sueldos. Yesquero: Tres sueldos.
Y la entrega de la carta, le dije.
Una urgente entrega, —dijo el calderero sonriendo un poco—. Para una dama, a menos que equivoque la expresión de su rostro.Asentí.
—Bien, —se frotó la barbilla—. Por lo general, le diría unos treinta y cinco luego tendríamos un agradable y relajado regateo en el que me lo rebaja a treinta.
El precio era razonable, especialmente considerando lo difícil que era encontrar un buen papel. Aún así, era una tercera parte del dinero que el Maer me había dado. Necesitaríamos ese dinero para la comida, alojamiento y otros suministros.
Pero antes de que pudiera decir algo, el calderero continuó. —Ahora puedo decir que es demasiado para su tranquilidad, —dijo—. Y espero que no me crea muy atrevido por decir esto, pero esa que lleva puesta es una capa muy fina. Siempre estoy dispuesto a hacerle a un compañero un intercambio.
Conscientemente, tiré de mi preciosa capa color borgoña alrededor mío. —Supongo que estaría dispuesto a renunciar a ella, —le dije, sin tener que fingir pesar en mi voz—. Pero eso me dejaría sin capa. ¿Qué voy a hacer cuando llueva?
—No hay problema, —dijo el calderero. Sacó un bulto de tela de un paquete y lo levantó para que yo viera. La tela había sido negra alguna vez, pero el largo uso y las muchas lavadas la habían descolorido en un verde oscuro.
—Está un poco raída, —le dije, llevando un dedo a una costura deshilachada.
—Solo está rota de ahí, eso es todo, —dijo con facilidad, extendiéndola sobre mis hombros—. "Le ajusta bien. Un buen color para usted, resalta sus ojos. Además, no quiere mostrarse demasiado adinerado, no con todos esos bandidos en el camino."
Suspiré. — ¿Qué me darás a cambio? —Le pregunté, entregándole mi hermosa capa—. Esa capa no tiene ni un mes de uso, imagínese y nunca le ha caído una gota de lluvia.
El calderero pasó las manos sobre mi hermosa capa. — ¡Tiene todo tipo de pequeños bolsillos! —Dijo con admiración—. ¡Eso es simplemente encantador!
Toque la delgada tela de la capa del calderero. —Si añade aguja e hilo, le cambiaré mi capa por el lote, —le dije con repentina inspiración—. Además le daré un penique de hierro, un penique de cobre y un penique de plata.
Sonreí. Era una miseria. Pero eso es lo que los caldereros en las historias piden cuando intercambian alguna pieza fabulosa de magia a un ingenuo hijo de una viuda cuando éste se va para hacer su fortuna por el mundo.
El calderero echó la cabeza hacia atrás y rió. —Yo estaba a punto de sugerir lo mismo, —dijo. Luego arrojó mi capa sobre su brazo y estrechó mi mano con firmeza.
Busqué en mi bolso y le entregué un dabrín de hierro, dos medios peniques vinticos y, para mi agradable sorpresa, un penique Atur. Este último fue una suerte para mí, ya que sólo valía una fracción de una vintica moneda de plata. Vacié la docena de bolsillos de mi capa borgoña en mi macuto y recogí mis nuevas posesiones.
Entonces le escribí una rápida carta a Denna, explicándole que mi mecenas me había enviado lejos inesperadamente. Me disculpé por las imprudentes cosas que le había dicho y le dije que me reuniría con ella tan pronto como estuviera de vuelta en Severen. Me hubiera gustado tener más tiempo para redactarla. Me hubiera gustado dar una disculpa más sutil, una explicación más detallada, pero el calderero había terminado de empaquetar mi hermosa capa y obviamente estaba ansioso por continuar  su camino.
No teniendo lacre para sellar la carta, use un truco que había inventado mientras escribía notas en nombre del Maer. Doblé el pedazo de papel contra sí mismo, y luego lo metí junto entre sí de tal manera que sería necesario romper el papel con el fin de desdoblarlo de nuevo.
Se la entregué al calderero. —Es para una hermosa mujer de cabello oscuro con el nombre de Denna. Ella se está hospedando en "Las Cuatro Velas" en Severen Bajo.
—Eso me recuerda, —exclamó mientras se guardaba la carta en el bolsillo—. Velas. —Metió la mano en la alforja y sacó un puñado de velas de grasa de sebo—. Todo el mundo necesita velas.
Lo gracioso era, que si podría utilizar algunas, aunque no por las razones que él pensaba.
—También tengo un poco de cera para sus botas, —continuó, hurgando en sus paquetes—. Tenemos fuertes lluvias en esta época del año.
Levanté mis manos, riendo. —Te daré un sueldo por cuatro velas, pero no puedo permitirme pagar más. Si esto continua así tendré que comprar su burro sólo para llevar el lote conmigo.
—Como quiera, —dijo encogiéndose de hombros con facilidad—. Un placer hacer negocios con usted, joven señor.

17 comentarios:

  1. buen capitulo, de los que no revelan nada pero te dejan con ganas de leer mas, a ver si se anima la gente y seguís traduciendo, que leer un capitulo te alegra el día XD

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  2. gracias por el capitulo!!!!! :)

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  3. Anoche le estuve dando muchas vueltas al asunto con Denna, tomando en cuenta las suposiciones de los demás comentarios, y llegué a preferir creer mayormente en la teoría de que los Chandrian han engañado a Denna para que escriba una canción terjiversando su historia... Recuerdan que una ves en el Archivo Kvothe leyo una canción donde hablaban muy bien de los Chandrian ? debe ser que ellos hacen que la gente malverse su origen por algún motivo, por eso Kvothe "tendrá que engañar a un demonio para conseguir el amor..." y lo del ángel ni idea xDDD

    Sea como sea esto se pone cada vez más interesante o.o

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  4. Matias me haces pensar u.u ya qiero terminarme el libro y esperar el tercero xddd pienso qe va a matar al Maer xdd

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  5. Muchas gracias, era lo que necesitaba, otro capitulo.

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  6. Yo le doy vueltas al asunto sobre el truco para doblar el papel y no puedo entender como cuernos lo hace XD

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  7. talvez el mecenas de denna tiene algo que ver con los chandrian, ya quiero leer otro capitulo, muero por que salga el libro en español, el primero ya lo lei 4 veces ya necesito este >.<

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  8. Yo creo que el mecenas de Denna fué el que le ocnsiguió al Maer los mercenarios, anda que no parece que fuera muy de la "alta sociedad" para andar escondiendose de esa forma.
    Muchass gracias a todos los traductores por los capítulos, son lo mejor :)

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  9. yo creo que el mesenas de denna es el que juega con kvothe...

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  10. Esto es muy enredado, pobre Kvothe, pero una pregunta la historia termina en este libro, o hay una tercera parte, porque si tenemos que esperar 3 años me muero de impaciencia

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  11. pues si k hay 3 parte, y si va la cosa asi, puede k mas... Pero espero que no tarde tanto, se suponia que lo tenia escrito todo, y ahora solo esta retocando para que la historia quede perfecta.
    Lo que se es que ya soy adicto a esta historia, me quitaria la ropa y bailaria desnudo sobre la nieve, haria cualquier cosa, cualquiera... por tener el siguiente capitulo traducido XD
    Menos mal que lo hacen gratis, muchas gracias a todos los que hacen esto posible.

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  12. no creo que kvothe mate a alveron por que el es el maer, no un rey...
    y si, yo creo que denna debe estar involucrada con el asunto de los chandrian... recuenden en el primer libro en el que dicen que kvothe mata a un angel por una mujer o algo asi, y los angeles se suponen que son los amyr y que estan en contra de los chandrian...

    otro capitulooooooooooooo plzzzzzzzzzzzzzzzz!!!!

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  13. eyyy cuando van a publicar mas capiitulos! ya pasaron 5 dias! hay hambre de kvothe

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  14. Otro capitulooooo por favor!!, hoy tuve una mala experiencia, pase un mal momento, sinembargo, tenía pendiente continuar la lectura de este capitulo, y fue un santo remedio para mi... Leí y me sentí mejor, se borro el mal momento, esta historia me tiene atrapada, y me transporta, ya quiero leer mas!

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  15. ootroo capiitulo por favooor! su chan! qe pasa qe no te estas conectando ?

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  16. y hoy se va otro dia! cada vez nos hacercamos mas a la feha de salida del libro i no terminamos xD ...

    Su chan! sabes, estaria bueno que sigamos subiendo los capitulos a pesar de que haya salido, porqe aqui en argentina no saldra hasta marzo :/ y es un bajooon :/

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  17. Amigo tinker es gitano y no calderero ! Gracias por el capítulo

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