jueves, 20 de octubre de 2011

Capitulo 78

Bueno aqui ya esta este capitulo que traduje yo y pues mañana en la noche subo el otro que ya me mando chio :) siganme pidiendo capitulos! es su ultima oportunidad por que ya estamos a nada de que salga el libro!! (Me encanta Tempi xD)

Capitulo 78
Otro camino, otro bosque

Me tomé un cierto oscuro placer en ver a Dedan con bastante resaca por el camino antes de que el sol estuviera totalmente en el cielo a la mañana siguiente. El gran hombre se conducía con delicadeza, pero para darle el debido crédito, no ofreció una palabra de queja, a menos que los ocasionales gemidos por lo bajo se puedan contar como una palabra.
Ahora que estaba viéndolo más de cerca, vi las marcas del amor ciego de Dedan. La forma en que decía que el nombre de Hespe. Los chistes burdos que hacía al hablar con ella. Cada pocos minutos encontraría una excusa para echar un vistazo en su dirección. Siempre con un pretexto: un estiramiento, una mirada ociosa al camino, un gesto a los árboles que nos rodeaban.
A pesar de esto, Dedan se mantuvo ajeno al cortejo esporádico que Hespe le estaba pagando a cambio. A veces era divertido de ver, como una tragedia Modegana bien orquestada. A veces quería ahorcarlos a ambos.
Tempi viajó sin decir palabra entre nosotros como un mudo, un buen comportado cachorro. Vio todo: los árboles, el camino, las nubes. Si no fuera por la mirada, sin duda, inteligente en sus ojos, lo habría tomado por un tonto para ese punto. Las preguntas que le hice aún se encontraron con torpes movimientos nerviosos, asentimientos con la cabeza, encogimientos de hombros o sacudidas de cabeza.
Todo el tiempo mi curiosidad me fastidiaba. Yo sabía que el Lethani era sólo un pedazo de libro de cuentos sin sentido, pero parte de mí no podía dejar de preguntarse. ¿Estaba realmente guardando sus palabras? ¿Realmente podía usar su silencio de armadura? ¿Se movía rápido como una serpiente? La verdad es que después de coger destellos de lo que Elxa Dal y Fela podían hacer llamando a los nombres del fuego y la piedra, el pensamiento de alguien guardando palabras para quemarlas como combustible no parecía tan tonto como antes.


***

Nosotros cinco nos dimos a conocer unos a otros a cuentagotas, cada vez familiarizándonos con las peculiaridades de los demás. Dedan cuidadosamente preparaba el terreno donde ponía su saco de dormir, no sólo quitaba ramas y piedras, sino pisando fuerte aplanaba cada matojo de hierba o una masa de tierra.
Hespe silbaba desafinando cuando creía que nadie la estaba escuchando y se hurgaba los dientes metódicamente después de cada comida. Marten no comería carne que tuviera el más ligero pedacito de rosa o bebería agua que no hubiera sido hervida o mezclada con vino. Él nos decía al resto de nosotros por lo menos dos veces al día que estábamos locos por no hacer lo mismo.
Pero en términos de comportamiento extraño, Tempi fue el ganador del premio mayor. Él no me miraba a los ojos. No sonreía. No fruncía el ceño. No hablaba.
Desde que salimos de la Pennysworth, había hecho un solo comentario por su propia voluntad. “La lluvia convertirá este camino en otro camino, el bosque en otro bosque." Él dijo claramente cada palabra, como si hubiera estado deliberando sobre esa declaración todo el día. Por lo que sabía, lo había hecho.
Él se lavaba obsesivamente. El resto de nosotros aprovechaba de un baño cuando nos deteníamos en una posada, pero Tempi se bañaba todos los días. Si había una corriente muy útil, se bañaría tanto en la noche y como otra vez después de que despertara. De lo contrario, se lavaría con un paño y algo de su agua potable.
Y dos veces al día, sin falta, realizaba un elaborado ritual de estiramiento, con las manos haciendo formas y patrones cuidadosos en el aire. Me recordaba a los bailes lentos de corte que se llevan a cabo en Modeg.
Eso obviamente lo mantenía ágil, pero era extraño de ver. Hespe hizo bromas acerca de cómo si los bandidos nos invitaban a bailar, nuestro mercenario dulce y con buen aroma sería de gran ayuda. Pero ella lo decía en voz baja, cuando Tempi no podía oírnos.
En cuanto a los caprichos, supongo que no estaba en posición para lanzar piedras. Toque con mi laúd la mayoría de las noches, en que no estaba demasiado cansado por caminar. Me atrevo a decir que no mejoró la opinión de los demás sobre mí como un líder táctico o arcanista.
Cuando nos acercábamos a nuestro destino, yo estaba cada vez más ansioso. Marten era el único de nosotros realmente adecuado para este trabajo. Dedan y Hespe serían buenos en una pelea, pero eran problemáticos para trabajar. Dedan era discutidor y testarudo. Hespe era perezosa. Rara vez ayudó a preparar la comida o limpiar después a menos que se le pidiera, e incluso entonces su ayuda era a tan mala gana que era apenas ninguna ayuda en absoluto.
Y luego estaba Tempi, un asesino a sueldo que no me miraba a los ojos o mantenía una conversación. Un mercenario del que creía firmemente que podía aspirar a una carrera decente en el teatro Modegano. . . .


***

Cinco días después de salir de Severen, llegamos a la zona en la que los ataques habían sido realizados. Un tramo de veinte kilómetros de camino sinuoso que corría a través del Eld: sin pueblos, ni posadas, ni siquiera una granja abandonada. Un tramo del camino del rey totalmente aislado en el centro de un antiguo bosque sin fin. El hábitat natural de osos, ermitaños locos y cazadores furtivos. El paraíso de un salteador de caminos.
Marten fue a explorar, mientras que el resto de nosotros armó el campamento. Una hora más tarde salió de entre los árboles, sin aliento, pero de buen humor. Él nos aseguró que no había encontrado señal de cualquier otra persona cercana.
—No puedo creer que estoy defendiendo a los recaudadores de impuestos, —murmuró Dedan a disgusto. Hespe dio una risa gutural.
—Eres la defensa de la civilización, —le corregí—. Y estas manteniendo los caminos seguros. Por otra parte, el Maer Alveron hace cosas importantes con los impuestos. —Sonreí—. Como pagarnos.
Eso es por lo que estoy luchando, —dijo Marten.
Después de la cena, delineé la única estrategia a la que había sido capaz de llegar en cinco largos días de pensar en ello. Dibujé una línea curva en el suelo con un palo. —Está bien. Aquí está el camino, a unas veinte millas del mismo.
Mielles. —Era la voz suave de Tempi.
— ¿Perdón? —Le pregunté. Esta fue la primera cosa que yo le había oído decir en un día y medio.
¿Miills? —Su acento era tan denso alrededor de la palabra desconocida que me tomó un segundo para comprender que estaba diciendo "millas".
—Millas. —Dije claramente. Señalé en la dirección del camino y levanté un dedo—. A partir de aquí el camino está a una milla. Hoy caminamos quince millas.
Él asintió con la cabeza.
Me volví hacia mi dibujo. —Es seguro asumir que los bandidos están dentro de un radio de diez millas desde la carretera. —Dibuje un cuadro alrededor de mi crudo esbozo del camino—. Eso nos da cuatrocientas millas cuadradas de bosque a buscar.
Hubo un momento de silencio en todo el mundo absorbía parte de la información. Por último, habló Tempi, —Eso es grande.
Asentí con la cabeza muy en serio. —Nos llevaría meses buscar en todo ese territorio, pero no debemos hacerlo. — Añadí un par de líneas a mi dibujo—. Todos los días Marten reconocerá el terreno para nosotros. —Levanté la vista hacia él—. ¿Cuánto terreno se puede cubrir de manera segura en un día?
Él pensó por un segundo, mirando a los árboles que nos rodeaban. — ¿Este bosque? ¿Con tanta maleza? Alrededor de un kilómetro cuadrado.
— ¿Cuántas si eres cuidadoso?
Él sonrió. —Siempre soy cuidadoso.
Asentí con la cabeza y dibujé una línea paralela a la carretera. —Marten se encargara de buscar en una franja de unos dos kilómetros y medio de ancho, a alrededor de un kilómetro y medio atrás desde el camino. Él va echar un ojo fuera en busca de su campamento o sus centinelas para que el resto de nosotros no tropiece con en ellos accidentalmente.
Hespe negó con la cabeza. —Esto no es bueno. Ellos no estarán tan cerca del camino. Si están buscando permanecer ocultos, estarán más atrás. Por lo menos dos o tres millas.
Dedan asintió con la cabeza. —Me gustaría asegurarme de que estoy a por lo menos cuatro kilómetros de la carretera antes de que agazaparme y hacerme con el hábito de matar gente.
—Yo también lo creo, —Estuve de acuerdo—. Pero tienen que dirigirse al camino tarde o temprano. Tienen que haber instalado puestos de observación y viajar de ida y vuelta para las emboscadas. Necesitan reabastecerse. Ya que han estado aquí durante varios meses, sería raro que no hubieran dejado algún tipo de rastro.
Añadí un pequeño detalle a mi mapa de tierra con mi rama. —Después de que Marten haya explorado, dos de nosotros vamos a ir y hacer una búsqueda cuidadosa detrás de él. Vamos a cubrir una delgada franja de bosque, buscando alguna señal de su rastro. Los otros dos mantendrán un ojo en el campamento.
—Podemos cubrir aproximadamente un poco más de tres kilómetros al día. Vamos a empezar en el lado norte del camino y buscaremos de oeste a este. Si no encontramos un rastro, cruzaremos hacia el lado sur de la carretera y trabajaremos dirigiéndonos de regreso de este a oeste. —Terminé de dibujo en el suelo y di un paso atrás—. Encontraremos su rastro un ciclo y días. Tal vez dos, dependiendo de nuestra suerte—. Me eché hacia atrás y lleve mi vara al suelo.
Dedan miró con expresión sombría hacia el tosco mapa. —Necesitaremos más suministros.
Asentí con la cabeza. —Vamos a mover el campamento, cada cinco días. Dos de nosotros van a caminar de regreso a Crosson para obtener suministros. Los otros dos moverán el campamento. Marten descansará.
Marten habló. —Vamos a tener que tener cuidado con nuestros fuegos de ahora en adelante, también, —dijo—. El olor a humo nos delatara de inmediato si estamos a favor del viento hacia ellos.
Asentí con la cabeza. —Vamos a necesitar un pozo para el fuego cada noche y vamos a querer mantener un ojo en busca de árboles Rennel. —Miré a Marten—. Sabes cómo se ve un Rennel, ¿no? —Su expresión era sorprendida.
Hespe miró de ida y vuelta entre nosotros. — ¿Qué es Rennel? —Preguntó.
—Es un árbol, —dijo Marten—. Bueno para leña. Se quema limpio y caliente. No hay humo del que hablar y difícilmente huele a humo tampoco.
—Incluso cuando la madera es de color verde, —le dije—. Lo mismo pasa con las hojas. Es algo útil. No crece en todas partes, pero he visto algunos por aquí.
— ¿Cómo un chico de ciudad como tú sabe algo así? —Preguntó Dedan.
—Saber cosas es lo que hago, —le dije en serio—. ¿Y que en el mundo te hace pensar que crecí en una ciudad?
Dedan se encogió de hombros, mirando a otro lado.
—Esa debe ser la única madera que quemaremos de aquí en adelante, —le dije—. Si es escasa, la vamos a ahorrar para el fuego con el que cocinamos. Si no tenemos ninguna, vamos a tener que comer frío. Así que mantengan los ojos abiertos.
Todos asintieron, Tempi un poco más tarde que el resto.
—Por último, es mejor que tengamos nuestras historias perfectamente preparadas en caso de tropiecen con nosotros mientras estamos buscándolos. —Señalé a Marten—. ¿Qué vas a decir si alguien te atrapa cuando no estás fuera rastreando?
Pareció sorprendido, pero no dudó en su respuesta. —Soy un cazador furtivo. —Señaló a su arco sin cuerda apoyado en un árbol—. No va a estar lejos de la verdad.
— ¿Y de dónde eres?
Hubo un atisbo de duda. —Crosson, a sólo a un día al oeste de aquí.
— ¿Y tu nombre es?
—M-Meris, —dijo torpemente. Dedan se echó a reír.
Sonreí  abiertamente. —No mientas sobre tu nombre. Es difícil hacerlo convincentemente. Si te pillan y te dejan ir, está bien. Eso sí, no los lleves de regreso a nuestro campamento. Si ellos quieren llevarte de vuelta con ellos, haz lo mejor con ello. Haz de cuenta que te gustaría unirte al grupo. No trates de correr.
Marten parecía inquieto. — ¿Solo me quedo con ellos?
Asentí con la cabeza. —Ellos esperan que escapes en la primera noche si piensan que eres estúpido. Si piensan que eres inteligente, ellos esperan que escapes en la segunda noche. Pero la tercera noche deberán confiar en ti un poco. Espera hasta la medianoche, a continuación, inicia algún tipo de perturbación. Prende fuego a un par de tiendas de campaña o algo así. Estaremos esperando a la confusión y haremos que se separen desde el exterior.
Miré a mí alrededor a los otros tres. —El plan es el mismo para cualquiera de ustedes. Esperar hasta la tercera noche.
— ¿Cómo van a encontrar su campamento? —preguntó Marten con una fina capa de sudor en su frente. No lo culpo. Era un juego peligroso el que estábamos jugando—. Si me atrapan, no voy a estar allí para ayudar a rastrearlos.
—No voy a encontrarlos a ellos, —le dije—. Voy a encontrarte a ti. Yo puedo encontrar cualquiera de ustedes en el bosque.
Miré alrededor del fuego, esperando al menos una queja de Dedan, pero ninguno de ellos parecía poner en duda mis habilidades arcanas. Vagamente, me pregunté cuánto pensaban que yo era capaz de hacer.
La verdad es que furtivamente había recogido un pelo de cada uno de ellos en los últimos días. Por lo que podría fácilmente crear un péndulo de zahorí improvisado para cualquier persona del grupo en menos de un minuto. Teniendo en cuenta la superstición Vintica, dudé de que estuvieran felices de saber los detalles específicos.
— ¿Cuáles deberían ser nuestras historias? —Hespe golpeo a Dedan en el pecho con la palma de su mano, sus nudillos hicieron un ruido hueco en su chaleco de cuero duro.
— ¿Crees que podrían convencerlos de que eran guardias descontentos caravana que decidieron convertirse en bandidos?
Dedan resopló. —Caray, yo he pensado en ello una o dos veces. —A una mirada de Hespe, bufó—. No me digas que no has hecho lo mismo. Ciclo tras ciclo de caminar bajo la lluvia, comiendo frijoles, durmiendo en el suelo. ¿Todo por un penique al día? —Se encogió de hombros—. Los dientes de Dios. Me sorprende que la mitad de nosotros no nos vayamos por las ramas.
Sonreí. —Lo harás muy bien.
— ¿Qué pasa con él? —Hespe señalo con el pulgar a Tempi—. Nadie va a creer que está fuera de control. Los Adem ganan diez veces más de lo que ganamos por un día de trabajo.
—Veinte veces, —se quejó Dedan.
Había estado pensando la misma cosa. —Tempi, ¿qué vas a hacer si te encuentran los bandidos?
Tempi se inquietó un poco, pero no dijo nada. Me miró un instante y luego rompió el contacto visual, mirando hacia abajo y hacia los lados. No podría decir si estaba pensando, o simplemente confundido.
—Si no fuera por sus rojos de Adem, no se vería como algo especial, —dijo Marten—. Incluso la espada no se ve como mucho.
—No se ve como veinte veces más que yo, eso es seguro, —Era la voz de Dedan por lo bajo, pero no tan baja que todo el mundo no pudiera oírla.
Yo también estaba preocupado por la vestimenta de Tempi. Había intentado involucrar al Adem en una conversación varias veces con la esperanza de discutir el problema con él, pero era como tratar de tener una charla con un gato.
Sin embargo, con el hecho de que no había conocido la palabra "millas" me di cuenta de algo que debería haber pensado mucho antes. El Aturano no era su lengua materna. Habiendo recientemente  luchado para hablar en Siaru fluidamente en la Universidad, yo podría entender el impulso de guardar silencio en lugar de hablar y hacer el ridículo.
—Podría intentar interpretar, lo mismo que nosotros, —dijo Hespe dudosa.
—Es difícil mentir convincentemente cuando no estás bien con el idioma, —le dije.
Los ojos claros de Tempi se lanzaron hacia cada uno de nosotros a medida que hablábamos, pero no ofreció ningún comentario.
—La gente subestima a una persona que no puede hablar bien, —dijo Hespe—. ¿Tal vez se podría clasificar de. . . tonto? ¿Actuar confuso como si estuviera perdido?
—No tendría que hacerse el tonto, —continuó Dedan en voz baja—. Podría simplemente ser tonto.
Tempi miró a Dedan, aún sin expresión, pero con más intensidad que antes. Tomo a una respiración lenta y deliberada, antes de hablar. —Tranquilo, no es estúpido, —dijo, su voz llana—. ¿Tú? Siempre habla. Chek chek chek chek chek. —Hizo un movimiento con una mano, como una apertura y cierre de la boca—. Siempre. Como perro ladrando toda la noche al árbol. Tratar de ser grande. No. Sólo ruido. Solo perro.
No me habría reído, pero me pilló completamente por sorpresa. En parte porque pensaba en Tempi como tan tranquilo y pasivo, y en parte porque tenía toda la razón. Si Dedan fuera un perro, sería un perro que ladraba sin parar ante nada. Ladrando sólo para oírse a sí mismo otra vez.
Aun así, no debería haberme reído. Pero lo hice. Hespe también se rió y trató de ocultarlo, lo que era peor.
La cara de Dedan se ensombreció con ira y que se puso de pie. —Ven aquí y dímelo.
Aún sin expresión, Tempi se puso de pie y caminó alrededor del fuego hasta que se paró al frente de Dedan. Bueno. . . Si digo que estaba frente a él, se llevarían una impresión equivocada. La mayoría de la gente se para a dos o tres pasos de distancia al hablar contigo. Pero Tempi caminó hasta que estuvo a menos de un paso de distancia de Dedan. Para estar más cerca, él habría tenido que darle un abrazo o subirse a él.
Podría mentir y decir que esto sucedió demasiado rápido para que yo interviniera, pero eso no sería cierto. La simple verdad es que yo no podía pensar en una manera fácil de romper la situación. Pero la verdad más complicada fue que yo también estaba bastante cansado con Dedan para este punto.
Lo que es más, esto era lo máximo que había oído nunca hablar a Tempi. Por primera vez desde que lo conocí, él se estaba comportando como una persona, no sólo como una muñeca muda ambulante.
Y yo tenía curiosidad por verlo pelear. Había oído mucho acerca de las proezas legendarias de los Adem y tenía la esperanza de verlo golpear algunos de los murmullos hoscos de la torpe cabeza de Dedan.
Tempi se acercó a Dedan, lo suficientemente cerca para poner sus brazos alrededor de él. Dedan era una cabeza completa más alto, más ancho de los hombros y más grueso en el pecho. Tempi lo miró sin dejar rastro de cualquier cosa que pudieras esperar ver en su rostro. Ni bravura. Ni sonrisa burlona. Nada.
—Sólo perro, —dijo Tempi suavemente, sin inflexión particular—. Gran ruidoso perro. —Él levantó su mano e hizo una boca de nuevo—. Chek. Chek. Chek.
Dedan levantó una mano y la empujó con fuerza contra el pecho de Tempi. Yo había visto este tipo de cosas en innumerables ocasiones en las tabernas cerca de la Universidad. Era el tipo de empujón que envía a un hombre tambaleándose hacia atrás, fuera de balance y con tendencia a tambalearse y hacerlo tropezar.
Excepto que Tempi no se tambaleó. Él sólo. . . dio un paso atrás. Entonces él se acercó casualmente  y golpeo a Dedan a un lado de la cabeza, de la forma en la que los padres podrían corregir a un niño rebelde en el mercado. Ni siquiera era lo suficientemente fuerte para mover la cabeza de Dedan, pero todos pudimos escuchar un suave sonido como haciendo paff, y el pelo de Dedan se revolvió como una vaina de algodoncillo al que alguien le hubiera soplado.
Dedan se detuvo por un momento, como si él no pudiera entender qué había sucedido. Luego frunció el ceño y levanto las dos manos para dar un empujón más violento a Tempi. Tempi se apartó de este también y luego dio un manotazo a Dedan en el otro lado de la cabeza.
Dedan frunció el ceño, gruñó y levanto las manos, haciendo puños. Él era un hombre grande y sus pieles de mercenario crujieron y se tensaron en los hombros, mientras levantaba sus brazos. Esperó un momento, obviamente, con la esperanza de que Tempi diera el primer paso, luego pisoteó hacia adelante, sacó su brazo hacia atrás y lanzó un puñetazo, duro y pesado como un peón balanceando un hacha.
Tempi lo vio venir y se apartó por tercera vez. Pero a mitad de su torpe swing, todo lo relacionado con Dedan había cambiado. Él se levantó sobre la punta de sus pies y su trabajado y poderoso puñetazo se evaporó. De repente, ya no parecía un toro pesado y en su lugar, se lanzó hacia adelante y rompió con tres golpes rápidos, rápidos como el ala de un pájaro aleteando.
Tempi eludió uno, paro el del otro lado, pero el tercero le toco arriba del hombro, girándolo media vuelta y moviéndolo hacia atrás. Dio dos pasos rápidos fuera del alcance de Dedan, recuperó el equilibrio y se sacudió un poco. Entonces se rió, alto y encantado.
El sonido suavizó la expresión en el rostro de Dedan y sonrió a su vez, aunque no bajó las manos o deshizo su postura con las puntas de sus pies. A pesar de esto, Tempi se intensifico, evitó otro golpe y golpeó a Dedan en la cara con la palma de la mano. No a través de la mejilla, como si fueran peleas de amantes en el escenario. La mano de Tempi llegó desde arriba y golpeó Dedan en la parte delantera de la cara, desde la frente hasta la barbilla.
—Arrhhgh, —gritó Dedan—. Maldito ennegrecido. —Se tambaleó distanciándose, aferrándose a su nariz—. ¿Qué te pasa? ¿Me acabas de cachetear? —Él se asomó a Tempi  por detrás de su mano—. Luchas como una mujer.
Por un momento, Tempi parecía como si fuera a objetar. Luego dio la primera sonrisa que jamás había visto de él, dio un pequeño asentimiento con la cabeza y se encogió de hombros en su lugar. —Sí. Lucho como una mujer.
Dedan vaciló, luego se rió y palmeo a Tempi bruscamente en el hombro. Yo casi esperaba que Tempi rehuyera de su toque, pero en lugar de eso el Adem le devolvió el gesto, hasta el punto de agarrarse del hombro de Dedan y zarandearlo en broma.
La escena me pareció extraña viniendo de alguien que había sido tan reservado en los últimos días, pero decidí no mirar a caballo regalado el diente. Cualquier otra cosa que el silencio inquieto del Adem era una bendición.
Incluso mejor, ahora tenía una medida de la capacidad de lucha de Tempi. Lo quisiera Dedan admitir o no, Tempi, obviamente, había podido con lo mejor de él. Supuse que la reputación Adem era más que aire vacío.
Marten vio a Tempi regresar a su asiento. —Esa ropa sigue siendo un problema, —dijo el hombre de los bosques, como si nada hubiera sucedido. Miró la camisa y los pantalones color rojo sangre de Tempi—. Bien podríamos correr agitando una bandera tanto como usar esa ropa entre los árboles.
—Voy a hablar con él sobre esto, — le dije a los demás. Si Tempi era medio consciente de su Aturano, supuse que nuestra conversación sería más fácil sin una audiencia—. Y voy a trabajar en lo que va a hacer si se encuentra con ellos. Ustedes tres pueden ir a instalarse y comenzar a preparar la cena.
Los tres se dispersaron, buscando reclamar los mejores lugares para sus sacos de dormir. Tempi los vio partir y luego se volvió para mirarme. Miró hacia el suelo y dio un pequeño paso alejándose, arrastrando los pies.
— ¿Tempi?
Él inclinó la cabeza y me miró.
—Tenemos que hablar de tu ropa.
Sucedió de nuevo tan pronto como empecé a hablar. Su atención poco a poco se alejó de mí, sus ojos a la deriva hacia abajo y hacia los lados. Como si no se molestara en escuchar realmente. Como si fuera un niño malhumorado.
No necesito decirles lo exasperante que es tratar de tener una discusión con una persona que no te mira a los ojos. Sin embargo, yo no podía darme el lujo de ofenderme o posponer esta charla. Ya había retrasado esta conversación demasiado.
—Tempi. — Luché con la necesidad de chasquear los dedos para llamar su atención hacia mí—. Tu ropa es de color rojo, —le dije, tratando de mantenerlo lo más simple posible—. Es fácil de ver. Peligroso.
No dio respuesta durante un largo rato. A continuación, sus ojos claros se lanzaron hacia los míos y él asintió con la cabeza, una simple sacudida de la cabeza.
Empecé a tener la horrible sospecha de que en realidad no podía entender lo que estábamos haciendo aquí en el Eld. —Tempi, ¿Sabes lo que estamos haciendo aquí, en el bosque?
Los ojos de Tempi se mudaron a mi boceto en el suelo, luego de vuelta hacia mí. Se encogió de hombros e hizo un gesto vago con las dos manos. — ¿Qué es mucho pero no todo?
Al principio pensé que me estaba pidiendo alguna extraña cuestión filosófica, entonces me di cuenta de que me estaba pidiendo la palabra. Yo levanté la mano y agarré dos de mis dedos. — ¿Algo? —Me tomé tres dedos—. ¿La mayoría?
Tempi vio mis manos atentamente, asintiendo con la cabeza. —La mayoría, —dijo, jugueteando—. Sé la mayoría. Hablar es rápido.
—Estamos buscando a unos hombres. —Sus ojos se deslizaron lejos tan pronto como empecé a hablar y luché contra el impulso de suspirar. —Estamos tratando de encontrar a unos hombres.
Asentimiento. —Sí. Cazando a unos hombres. —Hizo hincapié en la palabra—. Cazar visantha.
Por lo menos él sabía por qué estábamos aquí. — ¿Rojo? —Me estire y toqué la correa de cuero rojo que sujetaba la tela de su camisa ajustada a su cuerpo. Era sorprendentemente suave—. ¿Para cazar? ¿Tienes otra ropa? ¿No roja?
Tempi miró a su vestimenta, inquietud. Luego asintió y se acercó a su mochila y sacó una camiseta de andar gris claro. La levantó para mí. —Para la caza. Pero no la lucha.
No estaba seguro de lo que significaba su distinción, pero yo estaba dispuesto a dejarlo pasar por ahora. — ¿Qué vas a hacer si visantha te encuentra en el bosque? —Le pregunté—. ¿Hablar o pelear?
Parecía que pensar en ello por un momento. —No bueno en hablar, —admitió— ¿Visantha? Luchar.
Asentí con la cabeza. —Uno de los bandidos, luchar. Dos, hablar.
Se encogió de hombros. Poder luchar contra dos.
— ¿Luchar y ganar?
Dio otro indiferente encogimiento de hombros y señaló a donde Dedan estaba recogiendo cuidadosamente las ramas del césped. — ¿Igual que él? Tres o cuatro. —Tendió la mano, la palma hacia arriba, como si me ofreciera algo—. Si tres bandidos, luchar. Si cuatro, trato mejor de hablar. Espero hasta las tres noches. Entonces. . .  —Hizo un extraño gesto elaborado con las dos manos—. Fuego en tiendas de campaña.
Me relajé, me alegre de hubiera seguido nuestro análisis anterior. —Sí. Bien. Gracias.
Nosotros cinco teníamos una tranquila cena de sopa, pan y un queso como de goma nada impresionante que habíamos comprado en Crosson. Dedan y Hespe discutieron de manera amistosa y yo especulé con Marten sobre qué tipo de clima podríamos esperar en los próximos días.
Aparte de eso, no había mucho parloteo. Dos de nosotros ya habíamos llegado a los golpes. Habíamos recorrido un centenar de millas desde Severen y todos éramos conscientes de la labor sombría delante de nosotros.
—Un momento, —dijo Marten—. ¿Qué pasa si te pillan a ti? —Miró hacia mí—. Todos tenemos un plan si los bandidos que nos encuentran. Nos vamos con ellos y nos rastreas al tercer día.
Asentí con la cabeza. —Y no se olviden de la distracción.
Marten parecía ansioso. — ¿Pero lo que si te pillan? No tengo ningún tipo de magia. No puedo garantizar que será capaz de seguirles la pista para la tercera noche. Probablemente, si seguramente. Pero el rastreo no es una cosa cierta. . . .
—Yo sólo soy un músico inofensivo, —le aseguré—. Me metí en algunos problemas con la sobrina del Baronet Banbride y pensé que sería mejor si me quedaba en el bosque por un tiempo. —Sonreí—. Puede ser que me roben, pero como no tengo mucho, probablemente sólo me dejen ir. Soy un hombre persuasivo y no me veo como una gran amenaza.
Dedan murmuró algo entre dientes que me alegré de no poder oír.
—Pero ¿y si? —Presiono Hespe—. Marten tiene razón. ¿Qué pasa si te llevan de vuelta con ellos?
Eso era algo que no había pensado todavía, pero en lugar de terminar la noche con una nota amarga, sonreí mi más confiada sonrisa. —Si a mí me llevaran de regreso a su campamento, yo debería ser capaz de matarlos yo solo sin muchos problemas. —Me encogí de hombros con exagerada indiferencia. —Los vería en el campamento después de que el trabajo estuviera hecho. —Golpeé el suelo a mi lado, sonriendo.
Lo había propuesto como una broma, seguro de que Marten al menos se reiría con mi respuesta impertinente. Pero yo había subestimado cómo de profunda tiende a ser la superstición Vintica y mi comentario fue recibido con un silencio incómodo.
Hubo poca conversación después de eso. Nos echamos a suertes para vigilar, apagamos el fuego y uno a uno nos quedamos dormidos.

6 comentarios:

  1. buaaa... que pasote XD, gracias por traducir el capitulo ^^

    ResponderEliminar
  2. gracias por el capitulo! no aguanto hasta el proximo! siento q se viene algo muy bueno :D gracias otra ves!

    ResponderEliminar
  3. si tempi es genial!!! es como bast o elodin....

    ResponderEliminar
  4. muchas gracias, yo creo que Tempi es genial, tiene aspecto de ser más sabio de lo que parece, solo me pregunto si Kvothe con el tiempo aprenderá algo sobre nombres de Tempi, no digo que Tempi sea un nombrador pero sin duda todos recordamos que a Kvothe se dice los Adem le enseñaron el uso de la espada, de pronto comprenda los misterios de Elodin mientras va en busca del viento.

    ResponderEliminar
  5. Yo creo k nominacion lo aprendera de felurian, de los adem aprendera a usar la espada.

    ResponderEliminar